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Comité de postulaciones electorales

La conducta de los dirigentes de nuestra llamada oposición es cada vez más sorprendente por contumaz. Nos es difícil entender si están tratando de sacarnos de esta tragedia que sufrimos o, por el contrario, se empeñan en apuntalar al régimen chavista. Hoy, para no perder la costumbre, voy a ejercer mi derecho de «Conservar el valor de ser antipático» como lo exigió Ramón Díaz Sánchez alguna vez. Veamos.

Nuestro querido y respetado padre Luis Ugalde, S.J. escribió a principios de este mes un interesante y ductor artículo, titulado «Contra viento y marea», donde fijó 3 tareas para encauzar el malestar por la trágica situación que vivimos los venezolanos en nuestra condición de colonia de la dictadura castro comunista cubana. Tomaremos aquí la primera, porque sería incongruente a estas alturas compartir la tercera, votar «contra viento y marea». Esa primera fue lograr un nuevo CNE, escogido de acuerdo a la constitución y las leyes, imparcial, justo y creíble, que fuera confiable. Entonces advirtió: «Todo venezolano está obligado a rechazar las violaciones de la constitución (art. 333). Ella establece que «el Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos» (art.296) y que los órganos del Poder electoral garantizan la igualdad, la confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de los procesos electorales…(omissis). Millones –yo digo todos- sabemos que esto se viola y que el CNE en todos los procesos electorales actúa como ficha de Gobierno…(omissis). Para agregar premonitoriamente después, «Ahora…(omissis)…el Gobierno más que nunca se aferrará al partidismo y militancia de la mayoría de los 5 miembros del CNE y sus diversas instancias regionales y locales.» Más adelante, y en aras a la brevedad que imponen estos artículos sólo cito: «Para los demócratas es prioritario no permitir ni trampa ni ventajismo anticonstitucional en el proceso electoral…El nuevo CNE debe ser equilibrado políticamente, y no de 4 contra 1, a favor del gobierno, ni tampoco de 3 contra 2 violando la Constitución…(omissis). Urge este nuevo CNE.»  Pues bien, esta clara exhortación de una autoridad moral y política indiscutible no ha sido atendida y los partidos de la MUD representados en la llamada asamblea nacional, con la extraña y honrosa excepción de los diputados de Proyecto Venezuela, han pactado con el chavismo para designar un «Comité de Postulaciones Electorales» integrado por una mayoría -12 a 9, en el mejor de los casos-, más que afecta, sumisa al partidismo oficialista, acompañada por unos petimetres, escogidos por la MUD, que le dan lustre y aparente legitimidad al conjunto violador de las premisas constitucionales que reclamó el honorable padre Ugalde ¿Qué pasó? ¿Por qué ese gesto de complicidad inesperado? Nunca lo sabremos. Nos dirán que si no bajaban la cerviz y entraban por el aro ominoso y obsecuente del chavismo, nos iban a escoger un CNE aplicando la tesis putrefacta del magistrado Cabrera, el mujiquita pendolista del chavismo, que amenazaba con suplir «la omisión parlamentaria» con otra arbitraria e inconstitucional designación a dedo servil de carrasqueros y rodrigues para que hicieran imposible la condición constitucional advertida por Ugalde de garantizar un CNE confiable e imparcial. Lo cierto es que me temo que esa escogencia del famoso y vergonzoso «comité de postulaciones» se explicará por otras designaciones en cargos y contratos que pronto veremos, sin asombro y mucha vergüenza.  El filósofo español que más ha influido en nuestra generación y que lo seguirá haciendo en aquellos que lo oigan, dijo una vez, frente al drama español que terminó en una guerra civil absurda pero inevitable, que: «La salud de las democracias, cualesquiera que sean su tipo y su grado, depende de un mísero detalle técnico: el procedimiento electoral. Todo lo demás es secundario. Sin apoyo de un auténtico  sufragio, las instituciones democráticas están en el aire» (José Ortega y Gasset, La Rebelión de las Masas).

De manera que nuestra MUD, o lo que queda de ella, despreciando las advertencias del honorable Luis Ugalde y desconociendo intencionalmente las sentencias del filósofo Ortega y Gasset, se han pasado por la espalda la obligación de luchar por un árbitro electoral que sea imparcial y justo, de donde lo que escogerá ese «comité de postulaciones» será otro CNE igual o peor que el tramposo que tenemos pero con la bendición de una oposición cómplice y alcahueta. En nada diferirá con el que hubiera podido imponer, inconstitucionalmente, el TSJ con la tesis cabrerita. No será mejor ni peor, porque esos resultados nunca lo son, siempre son contrarios a la justicia y el interés nacional. Sobre todo, es falso el argumento de algunos cómplices del oficialismo de que la integración del fulano Comité de Postulaciones Electorales refleja la composición de la asamblea porque lo que ordena la constitución (art. 295) es que represente a «los diferentes sectores de la sociedad…» y la asamblea nacional no representa a la sociedad venezolana.

Ahora bien, todo esto ocurre dentro de un contexto muy curioso: Una crisis económica, manifestada por una escasez de alimentos, medicinas, y productos básicos alarmante y muy grave, culpa de un gobierno que se empeñó, desde Chávez, en arruinar el empleo, el comercio y la industria; una inseguridad que produce más homicidios que en cualquier país en guerra hoy; una corrupción que no pueden esconder los chavistas, ni dentro ni fuera; una ingobernabilidad que denuncia la incapacidad de Maduro y sus secuaces mientras destaca la sumisión a Cuba de los chavistas y sus soportes  corruptos en las FAN. De donde cabe la pregunta ¿por qué la MUD le lanzó ese salvavidas al chavismo? ¿Qué temen sus jerarcas? ¿Por qué se sigue insistiendo en un diálogo imposible con un gobierno forajido? Alguien debe responder y eso no le toca al recién llegado Chuo. Aquí se han fraguado cosas muy feas que el país no va a aceptar. Me refiero al país civil y militar, pues se han traspasado todos los límites del decoro y la vergüenza venezolana.

Llama mucho la atención que se condene la rebelión iniciada en febrero por nuestros jóvenes, y que no ha cesado, ojo, mientras cuando aconteció la «primavera árabe», que derrocó sus tiranos, se aprobó; o que se ve con simpatía a los estudiantes de  Hong Kong que luchan, como los nuestros, por una democracia contra el sedimento del monstruo maoísta ¿Cuál es la diferencia de esas gestas extranjeras con las que se iniciaron espontáneamente  en San Cristóbal el 6 de febrero y se expandieron por todas la ciudades venezolanas? ¿Por qué no se la reconoce y aúpa? ¿Por qué la MUD calla ante los atropellos a Leopoldo López, Ceballos, Scaranno, Lucchese y cientos de estudiantes presos y torturados, mientras se entiende en un «comité de postulaciones» dirigido, nariceado mejor, por una de las peores agentes del comunismo castrista? La gesta de nuestros jóvenes, terminó por derrocar, por vergüenza, a la cúpula de la «oposición» formal y formalista, y es una lección que deben aprender y aprehender los ciudadanos, civiles y militares, que mantienen un sentido de amor propio y respeto por sus personas y su patria.

De esa maniobra rastrera simbolizada en la «escogencia» del pomposo y tramposo «Comité de Postulaciones Electorales», no saldrá nada bueno para Venezuela. Por ahí no van los tiros. La sociedad debe prepararse para la confrontación inevitable contra los que han traicionado al país entregándolo como presa cebada a la dictadura castrista que nos explota. Nuestros ciudadanos, académicos, trabajadores, estudiantes, profesionales, agricultores y soldados, debemos reaccionar con honor y exigir la defenestración de los cipayos que nos sojuzgan. Sacar a los corruptos y reinstaurar la república. Recordemos la advertencia reciente (4/4/2014) del maestro historiados Germán Carrera Damas: «No conozco una democracia que haya sido establecida democráticamente. Pero tampoco conozco una democracia que haya sido restablecida democráticamente». Entonces es el momento de despreciar estas maniobras urdidas desde el chavismo y el sector dialogante de la llamada oposición y plantear las cosas en su justo punto: O nos rebelamos o claudicamos. No hay salidas fáciles pero Venezuela merece otra oportunidad, vamos a dársela. Que no nos manipulen con el falso espejismo de que el deterioro económico o la división dentro del chavismo nos garantiza una victoria fácil e ineluctable. Las elecciones en las condiciones arregladas con ese comité de postulaciones, y los otros acuerdos secretos ya alcanzados, no son garantía de liberación. Lo que procede es desconocer al CNE que surja de la maniobra antes denunciada, desconocer las elecciones fraudulentas que convoque y desconocer a la asamblea que resulte. Hay que acabar con este status quo, montado por chavistas y sus cómplices, que ha destruido a Venezuela. Nos estamos jugando la patria y debemos seguir a los jóvenes, no a las cúpulas. Recordemos la vieja advertencia de Nelson Mandela : «Si esperas las condiciones ideales, nunca se darán». Ya es hora.

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