La Guerra Fría: de la OEA a la CELAC
Lo que no pudo hacer Fidel lo está haciendo Raúl: presidir una organización intercontinental de países del hemisferio. Claro sin EE.UU. o Canadá. Los Castro tuvieron que esperar 50 años pero lo lograron. Irónicamente la CELAC que ahora se reúne en Chile, surge del Grupo Contadora creado para devolver la paz a Centroamérica donde las guerrillas castristas azotaban.
Con esta acción el castrismo devenido en castrochavismo ha llegado a la cúspide. Ahora los Castro están al mando.
Su venganza con la OEA, de donde fueron suspendidos en 1962, luego de haber participado en una invasión armada en Venezuela, se está concretando. La organización continental poco a poco va siendo debilitada. Primero se acusaba a los norteamericanos con sus deudas y su control financiero de ahogar la organización. Ellos reclamaban que los latinoamericanos no apreciaban y tomaban posiciones antinorteamericanas, debido a que muchas veces no se coincidía con sus apreciaciones. Pero ahora, el ahogo viene del sur del Río Grande. La OEA es atacada por varios flancos, pero el zarpazo es a la yugular: el Sistema Interamericano de Protección de los DD.HH. Se trata de irlo desangrando.
Los avances logrados con la Carta Democrática irónicamente fueron aprovechados por el castrochavismo para sus fines. Recordemos los casos de Honduras y Paraguay. Pero, también el papel de la OEA en Venezuela que terminó bendiciendo todas la triquiñuelas que terminaron con la aceptación del fraudulento referéndum revocatorio de 2002.
Ahora, con la OEA débil, el castrochavismo controla las nuevas organizaciones regionales la CELAC y Unasur, y ha metido en cintura a gobiernos como el de Brasil. En estas organizaciones han creado mecanismos para asegurar su permanencia en el poder. Ellas tienen declaraciones por la democracia y los DD.HH., con supuestos mecanismos que hasta ahora se muestran al menos complacientes. Tienen que serlo si el gobierno cubano cumple con sus estándares.
La Guerra Fría entre las grandes potencias se cayó con el muro de Berlín. Sin embargo, otra guerra fría entre totalitarismo y democracia, entre comunismo y capitalismo se sigue librando, pero como hace 200 años el epicentro está en Venezuela. Lamentablemente pocos gobiernos y fuerzas políticas se han dado cuenta de esto.
Para el castrochavismo, esta es una gerenciada cruzada mundial, mientras que para los que defienden la democracia la permanencia del chavismo en Venezuela es un problema de los venezolanos. No perciben el peligro del castrochavismo siempre acechando y extendiéndose por la región. Nos tocará repetir lo de hace 200 años y comenzar la emancipación desde Caracas. Pero para esto la necesidad de una estrategia internacional de la MUD es crucial y lamentablemente por ahora no existe.
