El Paco y los jaleos bancarios
Paco, el bailador gitano de larga estadía en Venezuela junto a su elenco, conocido por su mal hablar sobre la revolución «bolivariana», reaparece con una nueva carta a su mujer.
«¡Pilarica, mi vía!, te escribo de nuevo intercetao, no fartaba má, por el ejército cubano que ocupa esta nación, dirigida por la insolencia gilipolla del militá traidó y corrupto que la desgobierna, empeñao er muy soso en despedazala,¡vamo!, vorvela unos callo pisao en su plancha, como lo pie sancochao de la Marí Pepa de tanto dale a lo tablao; noble oficio como que er mío propio, pero náque vé con la profesión de estos gábilos ladrones, que en nombre de una ideología fracasá y criminá que vino con la promesa de redención sociá y esperanzó a millones de desheredao de viví una vida digna, degeneró en millone de recurso der pueblo que metieron pa sus mugroso borsillo discursando a la ve, lo muy cínico gandule de siete suela, de iguardá, inclusió y socialismo. Sustrajeron en un dó por tré, el dinero que le pertenecía a la nación, agavillao, lo de la mano sucia der gobierno con su socio con la patas empegostá de excremento que fungían por fuera de comerciante y de banquero. Una estafa escandalosa, ¡mi reina gitana!, la exhibició de la marrana ruina moral de estos gárrulos que no podrán ocurtá lo muy bandolero, ni que vacíen tó er cemento y la cabilla de la andaluza represa de Iznajar. Lo peó. ¡Pilarica de mi tormento!, es que el militá que lo manda tó aquí y lo demadra tó también, se quiere desentendé del asunto. No sería de extrañá que poniendo cara de pepe leches encabroná a su gusto por la mentira, termine señalando a Ledezma, Pérez Viva o ar mismísimo Arfaro Ucero, otrora jefe de la cúpula podría, como lo curpable y perpetradore del entramao de este descomuná desfarco que se tejió bajo la contemplación de su bota de sargento . ¿Que inventará pa evadise de la partía de pillo, su hermano, su familia, su entorno de militare y civiles golpistas, sus ministros de Economía y Finanza, la Superintendencia de Bancos y er Banco Centrá de Venezuela, núbiles criaturas siempre atenta a la espera de sus tiránicas órdenes y exclusivo dominio? ¿Es que acaso llevando 11 año fabricándose esta red putrefacta, gobiernera y mafiosa y el rey de lo metomentodo no iba a enterase de ná? ¡Pilarica salá!, aquí no se mueve un tornillo sin que er gorpista lo sepa, eso lo sabe hasta lo chavale de los jardine de infancia. Se hace llamá «Comandante en Jefe».
¿Jefe de qué ¡mujé!? De este vertedero de infamia y porquería, de impunidad, dejadé y molicie, de crímenes, asesinatos y asartos a ciudadanos inocentes, de cochina represión a quienes se le oponen o denuncian la repugnante farsa, de saqueo y corrupción consumá por la clase política-militá y civí que se trajo de la sedición en los cuartele y de la conspiración de lo fracasaos der pasao y lo seculare resentío de siempre.
¡Pilarica!, la codicia de esto farfolla e espeluznante, por donde pasan, ná que en derecho. Cuando les toque la trena (cárcel) ni un pequeño banco encontrarán siquiera donde remojá sus puñeteras nargas.
¡No vemo pronto, Virgen bendita!, De tu Paco.»