La guerra ficción o paranoia
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El presidente- comandante Chávez ha llamado a cerrar filas para la guerra. Ha ordenado a sus soldados regulares, la FAN, estar listos. Ha ordenado se preparen los paramilitares, los nuestros, las milicias, «No perdamos un día en nuestra principal misión: Prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra, porque es responsabilidad de todos». «Señor comandante de la guarnición militar, batallones de milicia, vamos a adiestrarnos. Estudiantes revolucionarios, trabajadores, mujeres: todos listos para defender esta patria sagrada que se llama Venezuela», «evitar la guerra es preparase para ella».
Continuó: “Señor presidente Obama, no se vaya a equivocar y vaya a ordenar usted una agresión abierta contra Venezuela usando a Colombia (…) Porque nosotros estamos dispuestos a todo, pero Venezuela no va a ser nunca jamás una colonia yanqui ni de nadie» Si Estados Unidos agrede militarmente a Venezuela «comenzaría la guerra de los 100 años y se extendería por todo el continente”. «.
«Que nadie crea que una guerra contra Venezuela va a ser solo una guerra contra Venezuela. No estamos solos, tenemos un grupo grande de amigos en este mundo».
El gobierno colombiano «se transfirió ahora a Estados Unidos. Ya no está en Bogotá. Eso hay que saberlo. Lamentablemente es así (…) El gobierno y la oligarquía colombiana se quitaron las máscaras», «Los dos gobiernos se han unido para tratar de mentirle al mundo». Pueden añadirse otras expresiones de la euforia de guerra o de quien por pánico amenaza. Temas para estudios de expertos en piscología, psicoanálisis y obviamente semejantes dislates no los podría decir nunca alguien con información elemental de la guerra, salvo cuando se tiene un poderío tal que se haga de la guerra y la muerte un espectáculo, en donde éste se convierte en juego intimidatorio, de publicidad y de exhibición de poder mucho mas allá del campo de batalla, como ocurrió con la criminal invasión a Iraq, en donde dos charlatanes, adictos a la publicidad, se erigían como héroes, llamáronse Bush y Husein. El primero cobra por su show, al segundo lo ahorcaron. Por ahora, no nos detengamos en el análisis del lenguaje del presidente; pero quede claro, que no hay posibilidad de interpretar de otro modo lo que está allí dicho. Allí está y no hay ambigüedad ni connotación posible. Ni la curiosa genialidad de JVR, con su preclaro don de ubicuidad, podrá salir con aquello de que el presidente dijo eso pero que no quiso decirlo, sino que el presidente habla así y cada vez que así habla quiere decir todo lo contrario. Y que en él la palabra guerra se refiere a las batallas de amor y para ellas campos de flores, cuyos prolegómenos se pueden anunciar en cadenas de radio y televisión. Que cuando el presidente maldice no es tal, sino que es un nuevo modo de orar de un revolucionario auténtico, habida cuenta en ese particular discurso es para crear la consciencia socialista, patria o muerte.
Tampoco hagamos caso de la especial desinformación histórica del Presidente. La Guerra de los Cien Años, conflicto entre reyes, faldas inhóspitas, poderes personales, y aun no existía eso que hoy llamamos Nación, Patria. Salvo naturalmente que nuestro presidente se sienta Rey con derechos consagrados de familia. Aun cuando es un banquete el discurso presidencial, toca a los humoristas ese excepcional papel de gritar al rey que está desnudo, lo cual hacen muy bien. Pero, observe el más desprevenido, la guerra necesaria del presidente, si bien implica derrotar, primero, ocupar luego, a Colombia en el campo de batalla, no es precisamente contra ella, sino una derrota para el imperialismo y por lo tanto zafarla de sus garras. Independizarla. Es pues, la guerra contra los Estados Unidos. Tarea sencilla, cuyo comienzo integracionista es de tal cualidad de moral política, que emularía las batallas libradas por el Libertador para lograr la independencia del Imperio español y así como aquel estaba en una fase terminal de extinción, el imperialismo de hoy se lo traga la crisis, tan grande que baste quitarle sus colonias para que su crisis interior, insuperable, garantice su muerte y sea el socialismo resolviendo los pequeños problemas de los afro descendientes, franco descendientes, irlandesdescendientes, germano descendientes, anglodescendientnes y todos los demás descendientes, de los originarios indios y los nuevos llegados los hispanos, quienes conforman los hispano descendientes, etc. y con ello se logre la libertad anhelada y sea el hombre nuevo, ese ser nuevo, libre, y el socialismo llegará para acabar con el capitalismo, que es la muerte. Una ofensa mas para Colombia es en boca de nuestra presidencia o las chicas de la AN, una raya mas para una cebra. Quiero insistir en algo mucho más real que estos problemas de la historia, de la psiquiatría, del psicoanálisis.
La guerra es un asunto bien complicado y, obviamente, requiere de una rigurosa preparación, en lo cual tiene razón el presidente comandante. Para evitarme ser acusado de traidor a la patria no repetiré las cosas que se dicen de nuestros militares cuyas carreas profesionales pasaron, se dice, a ser carreras políticas y las divisiones, brigadas, etc., dicen que son MERCAL, y otros oficios no menos patrios, gerencias mayores y menores de las exitosas empresas del gobierno, ministerios, etc. Y uno ve a los almirantes, generalísimos, y demás en desfiles. Son verdaderos atletas del arte asiático del Sumo. Claro hay excepciones dicen y he escuchado y creo, sin ver. No, sí vi uno, en una de las marchas, un coronel hizo demostración de su dominio bélico en un lenguaje tan colmado de imágenes, metáforas que émulo podría ser del propio Libertador. Guardia Nacional que a esta hora debe ser general. Dejemos pues, las cosas de la cosa militar estrictamente a otros con mayor información y formación militar que yo. Y, yo sencillamente quiero rogarle al presidente que me responda estas ingenuas preguntas.
Primera y todas son primeras, supongamos que el campo de la guerra tenga en el Zulia su primer teatro. Total el Zulia está primero en los afectos del parroquianismo centrista. De donde sacamos el agua para nuestros soldados que, a pesar de su amor al socialismo, deberán tener sed, sed de agua, alguna vez, a la par que tienen su sed por la libertad de Colombia, lo cual, naturalmente podría mitigar la ausencia de agua, pero no todo el tiempo. De donde, Señor presidente, llevaremos carne, leche, huevos, queso, a nuestros muchachos y sus comandantes, si a pesar de haber sido el Zulia el primer productor de comida del país, hubo una vez que aproximadamente el 70% de las proteínas de todo el país se producían aquí, hoy estamos en una grave ruina. Esto, presidente, pudiera tener una salida que, a primera vista, parece inmoral. Que le compremos a Colombia estos alimentos básicos. No es difícil. Bastaría dejar en manos de algunos patriotas del PSUV y de las propias FAN para que este acuerdo tenga éxito, reitero, al parecer una traición de lesa patria. Pero no. La guerra es la guerra y no tiene moral, de modo que este negocio podía estar legitimado ilegalmente. Porque traer comida de tan lejos, Argentina, Brasil, y tal vez de Rusia, Irán, pudiera ser riesgoso, tanto mas cuanto que los aviones espías norteamericanos en Colombia, podrán detectarlos y negociar con ellos antes de que lleguen hasta nosotros. Pero, señor presidente, no cree usted que alguno de los millares y millares de colombianos que conviven con nosotros, profesores, labriegos, mucamas, industriales, obreros, electores, etc. etc., colombianos, mas otros que con doble cedulación cobran para votar, hasta por el comandante, y gozan del privilegio de ser colombo venezolanos y los hijos de colombianos con venezolanas y venezolanas con colombianos que son muchos, no cree, presidente que podrían en un ratico tumbar el puente sobre el Lago y el del Rio Catatumbo. Y San se acabó. A donde iremos nosotros? No se sienta mal, pero a donde? A Maicao. Que es el único camino de escape que tendríamos, claro teniendo algunas reservas para ayudar a nuestros héroes de la GN en la frontera y contar con su solidaridad para seguir adelante, tal como expertos son en dejar pasar gasolina, etc., de aquí para allá y lo demás que de allá viene. Y que pasaría, Presidente, si uno de esos colombianos decide volar algunas plantas como la petroquímica, y traicionando quizá su doble nacionalidad, meten candela a algunos pozos petroleros. No se Comandante-Presidente, con mucho respeto le digo que me aterran estos malos pensamientos, presagios y hasta otros no menos terroríficos. Piense, presidente, que mucha mano de obra que tenemos en nuestras casas son colombianos o colombo descendientes y tal vez hasta tomen un cuchillo y nos apuñaleen, y ello puede pasar, cuando escuchen canciones patrias del otro lado,… óigala presidente yo cito el ultimo verso…hay que orgulloso me siento de ser un buen colombiano, mientras nosotros cantamos el alma llanera. Y por si esto fuera poco, que no es, en pleno apogeo del combate se aparece un conjunto de conjuntos ballenateros con costeñas de sangre, humor, fuego y amor, presumo, presidente, que mas de uno traicionaría la patria o simplemente haríamos lo que yo haría, pesa a mis años: bailar juntos. No lo engaño, Comandante presidente, Presidente Comandante, pero, además hoy, presidente, hay escasez de papel sanitario, azúcar, café y se va la electricidad a cada rato. Y una curiosa pregunta, Comandante, Presidente, No es República Bolivariana de Venezuela, o hay una diferencia entre esta república por usted así bautizada y Venezuela? Como que sí. Ojalá sea verdad el título de este angustiado trabajo.