La fórmula Chávez para ganar elecciones
Si de algo se jacta la revolución y con especial énfasis el líder, guía y
pastor de las etnias indígenas australianas, de las minorías esquimales, de
los mayas de Cancún y de los desamparados de este mundo y cualquier otra que
exista, mi comandantepresidente, es justamente de estar montado en la silla
legítimamente por ganar elecciones de todo tipo. Incluso el único comicio
que ha perdido a nivel nacional, fue pírrico y de miera, según su particular
manera de entender la democracia.
Para avanzar en la mecánica que usa el libertador de libertadores para
triunfar en todo conteo electoral que aparezca, hay que distinguir entre los
que tienen carácter nacional e implican ejercicio del poder público y los
que no. En los primeros el cacique del ALBA es grande. En los demás
procesos, sean gremiales, profesionales, universitarios, de clubes
deportivos, de asociaciones civiles o de juntas de condominio, no ve una.
Mientras más pequeña, local y directa sea la elección, la derrota chavista
es más gloriosa. En esta materia hay que hacer excepción del sector
petrolero. Ahí no había manera de que el chavismo perdiera. La revolución
comunista vive de petróleo. Imposible pensar que un sindicalismo de
oposición entrara a dominar en Pdvsa. Para eso se usa la fórmula, CNE
mediante, que ha logrado hacer del chavismo una fuerza inderrotable.
Y visto lo que ha hecho el Gobierno con los gobernadores y alcaldes que
ganaron hace poco, también es cuesta arriba pensar que esta mafia se dejará
sacar del poder en elecciones limpias, equitativas y transparentes. Y si
pierden, no entregan.
¿Cómo hace el chavismo para aparecer como una fuerza ganadora? A estas
alturas el modus operandi está claro, hasta para la oposición.
Ser dueño de todos los poderes es la premisa fundamental. Ahí la dictadura
disfrazada de democracia está blindada. Lo demás depende de un CNE
revolucionario que haga lo necesario para ejecutar las órdenes del amo. Uso
de dinero público, ventajismo descarado, violación de normas de propaganda y
financiamiento, amenaza a los empleados públicos, inhabilitació n de
candidatos de oposición con opción de triunfo, apertura de juicios contra
opositores para encarcelarlos o provocar su salida del país, uso de las
fuerzas militares y públicas para concretar el abuso, compra de votos,
creación de mecanismos engorrosos e inútiles, aunque rentables para algunos,
para entorpecer el voto. Destrucción de la propaganda del contrario.
Mantener el registro electoral como un secreto de Miraflores, crear votantes
flotantes, legislar para eternizar la trampa y el ventajismo, crear
circuitos de votantes según los números y posibilidades, obstaculizar las
auditorias, lanzar a los malandros militantes asalariados a la calle a
golpear y hostigar al votante opositor. Todo con absoluta impunidad.
Así cualquiera es macho.