Todo bajo control… del hampa
El titulo de esta nota refleja una verdad total y absoluta que se vive en el país. Al venezolano, pobre o rico, ya no le preocupa tanto otro problema, como la inseguridad. La estadística (oficial y extraoficial) revela que la tasa de homicidios se triplicó en estos últimos 10 años de revolución de Hugo Chávez. La cifra promedio está ubicada por encima de los 2.200 crímenes, solo en la gran ciudad de Caracas y en los últimos tres años.
La irracional “plomazón” que hoy azota al país, con preponderancia en las zonas marginales y muy especialmente en los barrios de la periferia de Caracas, jamás se vio antes en este país. El ciudadano común nunca experimentó tanto miedo a ser victima de un atraco o secuestro, como ahora. La familia venezolana vive en un permanente estado de zozobra, temeroso de la muerte de uno de los suyos. Nadie escapa a esta realidad. Salir en la mañana a trabajar es como jugar la ruleta rusa. Todos esperan su momento, aunque rezando para que este no llegue.
Según estudios del Observatorio Venezolano de Violencia, de Paz Activa o de Mujeres por la Vida, revelan que en Venezuela cada 38 minutos muere una persona a manos del hampa y que todos los días un joven debuta de una u otra manera en el delito. En muchas otras encuestas, la inseguridad aparece como la primera preocupación de los venezolanos. Tanto es así que, según cifras de algunas ONG no gubernamentales y, de organismos internacionales, la República Bolivariana tiene la mayor tasa de homicidios de América Latina, con el agravante que desde febrero del año 2005 no hay cifras oficiales sobre homicidios y secuestros en el país.
El 4 de agosto del 2009, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela el Tte./Cnel. (EJ.) ® Hugo Chávez lanzó el plan «Guardia del Pueblo» para disminuir los altos índices de inseguridad y violencia. Lo hizo en La Bombilla, un sector del Petare, una verdadera villa de miseria, considerada como una de las más peligrosas y grandes de América latina y que ocupa uno de los cerros que rodean a la gran capital venezolana.
Según las aseguró el comandante Chávez en aquel momento, el plan comprende desde el incentivo de la educación, el deporte, la cultura y «sin represión». Allí mismo le ordenó al ministro de Interior y Justicia impulsar un plan de desarme en las barriadas, pero hasta ahora sin éxito. Al contrario, hoy el hampa exhibe potentes y modernas armas de alto calibre, que dejan perplejos a los funcionarios de los diferentes cuerpos policiales. En donde los policías cargan unos revólveres viejos desgastado y oxidado.
Que cosas si nos ponemos a pensar y recordar hacia atrás vemos que una estadística de las que disponemos revela que en 1998, antes de que Chávez comenzara su primera campaña presidencial, hubo un total de 4.550 homicidios y, en el 2008, esa cifra fue de 14.589 muertes. Según es mismo funesto inventario, desde enero hasta septiembre del presente año (2009) se han contabilizado hasta los momentos 1.680 muertes, solamente en Caracas, encabezando esta lista 105 motorizados y 32 funcionarios policiales, además de haberse cometido 3.200 secuestros Express.
No hay ninguna duda que en estos 10 años de Revolución Bolivariana, la tasa de homicidio se triplicó en nuestro país, y las estadísticas ubican a Venezuela con la tasa más alta de homicidios en América latina por encima de México, Brasil y Colombia. En Caracas mueren siete veces más personas que en Bogotá. En la capital venezolana, viven 4 millones y medio de personas y, en toda Venezuela, 27 millones.
El presidente Hugo Chávez en la mayoría de sus cadenas dominicales asegura que su revolución está combatiendo a la pobreza y al capitalismo, el origen del delito y que en estos últimos 10 años se han reducido a la mitad los hogares pobres y así irá desapareciendo la violencia, pero la mayoría de los venezolanos no sabe de donde saca el Jefe de Estado esos números.
Según especialistas en la materia, la violencia surge de la impunidad y de la crisis institucional que estremece al país. El gobierno del presidente Chávez no asegura el funcionamiento de la justicia y de hecho, se observa que decidió no desarmar a la población ni a los delincuentes. Cuando el gobierno hace elogio de los violentos tiene un sentido político, pero que impacta en lo social.
El sociólogo Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia, declaró recientemente al diario El Clarín de Buenos Aires que la pobreza no es la única causa de la violencia en Venezuela, según aseguró, el elemento central es la falta de respeto a la ley.
Explicó el especialista que, ante la sensación de impunidad, aparecen los linchamientos. Ya hubo uno en Caracas este año y la gente se arma. Añade el doctor Briceño que la aparición de los sicarios en nuestra sociedad tiene con que ver con la absoluta falta de confianza en el sistema judicial y en las policías. Cuando esto ocurre, se busca a alguien para que mate y así se malentiende que se hace justicia.
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que existen entre 6 y 8 millones de armas regadas, apunta el sociólogo y recordó que el gobierno anunció un programa de desarme, pero dijo que hasta ese anuncio argumentaban que la revolución necesita armas. “Un chavista que no ha sido violento es capaz de morir por la revolución, pero nunca de matar. Matar es un proceso distinto. Pero hay grupos que sí son capaces de hacerlo. Por eso hay que imponer un claro mensaje de respeto a la ley. El gobierno habla de la violencia como parte de la lucha de clase. En Venezuela, los homicidios no son parte de esa lucha: no hay pobres matando a ricos; hay pobres matando a pobres. Lo que más sufren el delito son ellos y la única defensa que tienen es la ley porque los ricos y poderosos tienen sus propios mecanismos, su seguridad privada.”
Aunque el ministro del Interior y Justicia, Tareck El Aissami diga en rueda de prensa a la que solo tienen acceso los medios afectos al oficialismo, que los homicidios han disminuidos en un 47 por ciento, hay que destacar que en todo el país han muerto 107.334 personas desde el año 1999 hasta el 31 de agosto del 2009, mientras que alrededor de seis millones de armas de fuego circulan en todo el territorio nacional de manera ilegal. Es necesario que el gobierno se avoque a resolver inicialmente todos los problemas de inseguridad y coordine políticas acertadas para combatir el flagelo del hampa, de lo contrario, aquí se agudizará el conflicto social, con consecuencias impredecibles. Para luego es tarde. Que solamente el hampa gobierna en la capital sino en los diferentes Estados del país como es la Barinas en la tierra de nuestro presidente, en lo único que reina es la inseguridad, en donde el hampa hace de lo suyo para cualquiera de los barines mostrando sus modalidades o anomalías tales como: homicidio, sicariato, hurto, robo, extorción y secuestro. Por lo que se ve en los medios escritos es que reina la inseguridad en Barinas y como el hampa tiene aterrorizada la población en los últimos meses son varias bajas de policías por enfrentar a estos delincuentes. Como dije al comienzo y titule ”todo bajo control… del hampa” es una realidad que no se escapa ante nosotros.