Ledezma y el ingreso al Mercosur
La agencia EFE trae una noticia de la más importante significación: el Senado brasileño y el gobierno del presidente Lula da Silva, a punto de decidir en una sesión definitoria que tendrá lugar el próximo 28 de Octubre la aceptación o el rechazo del ingreso de Venezuela al MERCOSUR, han decidido no dar ese paso trascendental sin escuchar previamente la opinión de la oposición venezolana representada en el Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma.
Es una medida que nos honra y un reconocimiento que nos enorgullece. A pesar de diez años de sistemáticas persecuciones, represiones y abusos, de violaciones a la Constitución y de atropellos sin medida contra las fuerzas vivas de la Nación, el gobierno del teniente coronel Hugo Chávez no sólo no ha logrado acallar la voz de los sectores democráticos, sino que debe enfrentarse al hecho incontestable y manifiesto de que dichos sectores se han convertido en la fuerza mayoritaria del país, muestran mayor fuerza y pujanza que en el pasado, se han dotado de una coordinación política unitaria y poseen líderes de reconocimiento internacional.
Ello a pesar de los esfuerzos en contrario. A pesar de la criminalización de la disidencia, del encarcelamiento de más de cuarenta presos políticos opositores, del desconocimiento de la voluntad ciudadana, de la persecución implacable y el montaje de mecanismos totalitarios para cercenar derechos y atribuciones de las autoridades electas democráticamente en los sorprendentes comicios regionales del 23 de noviembre pasado. El hecho de que la figura que mayores ataques haya recibido por parte de los esbirros del régimen, a quien se le arrebatara casi el 100 % de sus atribuciones y se le dejara un ridículo presupuesto, más como medida de escarnio que como reconocimiento a las obligaciones contractuales que lo asedian, demuestra lo contraproducente de tales medidas. Han querido liquidar a Antonio Ledezma: lo han convertido en la contrafigura democrática al caudillo dictatorial que todo lo puede.
Es obvio que la decisión del Senado brasileño no dependerá de la opinión del líder opositor cuya voz y valía se reconocen en el simbólico gesto de extenderle una solemne invitación. Antonio Ledezma ni ha solicitado el ingreso de Venezuela al MERCOSUR, asunto que atañe estrictamente al gobierno del teniente coronel, ni ha recomendado el rechazo a tal solicitud, asunto que compete estrictamente a las autoridades políticas brasileñas. Ha hecho lo que un político serio y responsable, un estadista capaz de diferenciar entre los intereses del Estado – sagrados y permanentes – y los intereses del gobierno – accidentales y en este caso subjetivos y mezquinos -, se hubiera visto obligado a plantear: que si las fuerzas mayoritarias en el seno del Senado brasileño se inclinan a aprobar el ingreso de Venezuela al MERCOSUR, lo haga condicionándolo tanto al respeto al protocolo democrático de Ushuaia como a una serie de requerimiento esenciales: que el gobierno venezolano del teniente coronel respete la Constitución, no continúe violando los derechos humanos, libere a los presos políticos y se abra a un necesario diálogo con las fuerzas democráticas, de modo a evitar una tragedia, un baño de sangre, una guerra civil y la entronización de una dictadura totalitaria en nuestro país.
Puesto que ese ha sido el mensaje sostenido por el Alcalde Metropolitano en todos los importantes encuentros y foros internacionales que ha sostenido desde que asumiera su cargo, la invitación cursada por el parlamento brasileño y las autoridades de gobierno supone un reconocimiento implícito a la veracidad de tales acusaciones, así como la decisión de adelantar un gesto de buena voluntad hacia los sectores democráticos atropellados por el brutal ejercicio del poder por parte del gobierno venezolano. Dada la alternancia en el Poder que impera de manera diáfana e incontestable en Brasil, la decisión de la elite política brasileña busca asegurar consenso respecto de un eventual futuro gobierno venezolano.
Tal vez allí radique la verdadera significación del acto que comentamos: Venezuela cuenta con una oposición sólida y solvente, con un liderazgo fogueado en esta difícil lucha y muestra el suficiente perfil como para asumir la política exterior en un futuro no tan lejano. Para aquel día, la pertenencia en un foro de la importancia de MERCOSUR puede ser de gran trascendencia. Como bien señalaba un gran político norteamericano, un político piensa en las próximas elecciones, un estadista en las próximas generaciones. Llegó la hora de desviar la mirada del siniestro ombligo del despotismo gobernante hacia los amplios horizontes del futuro. Es el desafío que enfrenta el Alcalde Metropolitano.