El Cordonazo: ¿otra venganza del imperio?
La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno.
Walter Scott
San Francisco de Asís pasó de ser un rico comerciante a convertirse en un hombre de fe que predicaba la pobreza, la austeridad, el rigor, el apego a las leyes, en fin, el ascetismo. Pobreza franciscana es un término de amplia aceptación que denota un estado del espíritu, una forma de vivir, una concepción de la existencia lejos de lujos, boatos, faustos, carrozas y pompas terrenales. De acuerdo con el Santoral Católico el 4 de octubre es la celebración eclesiástica del Santo Varón; ese día, a veces unos antes y a veces otros después, en varias zonas del planeta ocurre un fenómeno muy particular, un gran fogonazo atraviesa el cielo, el trueno es impresionante, hasta parece que la tierra temblara, y la lluvia cae a borbotones. El fenómeno de marras se conoce para terror de muchos como el Cordonazo de San Francisco.
Esta inexplicable pero precisa circunstancia ha dado lugar a las más disímiles interpretaciones tanto científicas como mundanas. La leyenda más antigua y difundida es aquella que narra que cuando el Diablo lo venía a lastimar o algunas experiencias diabólicas se estaban llevando a cabo, San Francisco se deshacía del demonio fustigando el aire con el cordón que llevaba atado a la cintura. Al hacer ese gesto, en el cielo se organizaba una enorme tormenta de rayos y truenos que hacían huir al demonio y sus acólitos.
Este fenómeno natural se registra con elevada puntualidad en Venezuela, Colombia, Panamá, Brasil y en parte del África, suscitando también, entre la humilde población atemorizada, leyendas más recientes que señalan que el Cordonazo es el castigo de San Francisco a aquellos países en los que los ciudadanos se portan mal o los gobernantes incumplen con sus obligaciones.
Hoy llovió a chorros sobre Caracas ¿Será que San Francisco se apiadó de nosotros, refrescando esta Patria recalentada? Ciertamente, este 4 de octubre el cielo se unió a las lágrimas colectivas y copiosas por tanta muerte innecesaria, por los inauditos e incompresibles ajustes de cuentas que ocupan las primeras páginas de los diarios y las pantallas televisivas de la Patria de Bolívar. Sin embargo, ya todos los súbditos de la V República sabemos – historia reciente dixit – que como bien lo expresa Sandor Marai:
“Nunca son tan peligrosos los hombres como cuando se vengan de los crímenes que ellos han cometido”.
