La Cumbre Verde-Verdecita
Como preámbulo al Debate General, todos los años en las Naciones Unidas se aprovecha la presencia de aproximadamente 150 Jefes de Estado y de Gobierno que acuden a Nueva York con el fin de fijar la agenda de la Asamblea General para privilegiar un tema concreto en el que se pronunie los actores fundamentales de la comunidad internacional.
Durante la 69 Reunión anual se acordó darle la prioridad al grave problema que sacude a la humanidad entera como es el cambio climático. Las recomendaciones y conclusiones tratadas serán de gran importancia para la realización de la Cumbre de Paris fijada para el 2015, cuando acudirán los representantes de países ricos y pobres, desarrollados y sub desarrollados, capitalistas y socialistas, para identificar una estrategia valida al drama actual, porque el problema es de tanta magnitud que no puede ser utilizado como una tribuna ideológica y propagandística para llevar una arenga que le transfiera la culpa al otro, sino que se trata de una concertación planetaria para poder asumir una responsabilidad común, ya que todos formamos parte del problema, y todos debemos asumir nuestras propias responsabilidades.
Es tan grave el impacto del cambio climático, que no solo son los representantes del Gobierno son los que acudieron a la reunión preparatoria, sino también fueron convocados los nuevos sujetos del derecho internacional, lo que con lucidez y acierto define en su libro el catedrático de la Universidad Metropolitana Enrique Viloria Vera en su libro “Los Actores de la Globalización” en la que define la necesaria presencia en la arena mundial de: ONGs, empresas globales, redes sociales, medios de comunicación social, y en general individualidades e instituciones sin las cuales no se puede lograr una solución efectiva y realista en pleno siglo XXI.
Para frenar el efecto invernadero y evitar la destrucción del planeta, hace falta lograr decisiones comunes. Para ello se ha resaltado la importancia de constituir un gran Fondo Verde para la acción en el que se obtengan donaciones del sector público y del sector privado, nacional e internacional, para trabajar unidos por una solución combinada y enfrentar la destrucción de la Tierra. Es por ello que llama la atención que el mensaje ideologizado rojo-rojito en contra de una solución verde-verdecita, en la que Maduro se dirige en una plenaria vacía para denunciar la “paja en el ojo ajeno” y no la viga que tiene en su ojo, al enrumbar una política llena de contradicciones en la que un país petrolero, que debe asumir sus propias responsabilidades para aminorar las emisiones de gas, que adelanta una política salvaje de deforestación, que elimina la política vanguardista que tuvo Venezuela en la época democrática al ser el primer país en crear un Ministerio de Ambiente y que hoy ve con angustia como se ha reducido el Ministerio de Ambiente para unirlo nada menos que al Ministerio de la Vivienda, no solo no asume su responsabilidad ante la Comunidad Internacional, sino que se presenta como modelo de desarrollo ecológico, y más grave aún, agrede a los que quieren encontrar las cuotas de responsabilidad. Por una parte critica a los países capitalistas, pero nada dice de otros depredadores socialistas del ambiente como la China, cuyo mandatario fue el gran ausente, porque está consciente del gran desastre ecológico que marca su dinámico desarrollo en los últimos años. Mal inicio para quien aspira mediar desde el Consejo de Seguridad.