Nosotros podemos salvar a Venezuela
El país se está moviendo. Se cumple un mes del cierre de las radios, Diosdado Cabello, ex gobernador, ex vicepresidente, ex ministro de tal o cual, ex gobernador del estado Miranda y mandadero de esta operación radial, mantiene un bajo perfil. Cada uno tiene una misión. Jackeline Farías, presidenta de la Cantv, la compañía telefónica que tiene en las manos los hilos de la comunicación, todos, incluyendo teléfonos, Internet y mesas electorales, es también la máxima autoridad de la capital, es la mujer del momento de Chávez. Según ella, Caracas será un logro fundamental de esta gestión porque hará milagros “el dedo de Chávez”, y es también la creativa que pronostica que todos los niños de Venezuela serán mañana “un Chávez”, como en Cuba mantienen con el Ché y Fidel. Al Ché no se le puede poner de lado. Camilo Cienfuegos sí. Pero el Ché, es una marca. Vende franelas.
Lina Ron, la que llega con vándalos en motos a Globovisión dicen que está en la División de Inteligencia Militar por orden de su Comandante Libertador, pero otros afirman que está en el Hotel “Alba” muy atendida. Chávez viaja, se escapa, huye. Cada vez que viene una arremetida feroz, huye. Entonces se lucen otros. Las protestas no descansan, los reclamos por salarios o despidos, por persecuciones y encarcelamientos, tampoco. Los secuestros impresionan, en un día, cuatro en un estado, tres en otro. Son cientos y miles las protestas. Las radios siguen cerradas, Globovisión sigue guindando de una hoja. Los atropellos a los gobernadores y alcaldes de oposición son diarios. Antonio Ledezma, que se crece políticamente, es un objetivo revolucionario. Van con todo contra él. La oposición adelanta un paso con la mesa unitaria pero Leopoldo López, con razón o sin ella, parece montar carpa aparte. Hay quienes afirman que su padrino es Gustavo Cisneros. Yo no creo que sea así, no quiero creerlo porque hace mucho tiempo que ese padrinazgo hace desconfiar al país, y más desde la posición abiertamente negativa y contraria a Radio Caracas Televisión. Y la gente. La gente es la que importa porque ella es la que decidirá, convertida en voluntad nacional, el destino de Venezuela. Chávez amenaza, insulta, “congela relaciones”, se mete “en honduras”, se desnuda ante el mundo, pasa inadvertido en las Cumbres, Lula lo amansa pero tiene células de terror, armas y cubanos dispuestos a defender esta piñata que es Venezuela. Pero lo único que puede salvar a Venezuela, somos nosotros. A pesar de las armas y las células de terror. Hay que seguir, contestarios. Exigir que la Comisión de Derechos Humanos venga, dirigirse a la OEA insistentemente, reclamarles a los organismos, manifestar todo el tiempo.
El otro día las mujeres opositoras lograron entrar al Canal 8. No les abrían la puerta. En un momento que se abrió, metieron los pies y entraron. Del Valle Canelón, la periodista de Globovisión, sin miedo, se metió entre las líneas de soldados robotizados donde un Coronel enloquecido daba un discurso político sin miedo, exigiendo su derecho de cumplir con su trabajo. ¿Quién dijo miedo? Cada uno en lo suyo sin descansar. ¡Este sábado, a la calle! El viernes en el mundo se realizará una gran marcha contra Chávez. Venezuela reta al mundo y a los hipócritas y serviles que engordan sus arcas públicas con las compras venezolanas y la chequera de Chávez. ¡Pa´lante es pa´llá!