La corrupción y Hugo Chávez
Esa grave desviación de la ética pública tuvo su origen en el inmenso desorden administrativo que se impuso en dicho gobierno por expresa voluntad del presidente de la República y líder fundamental de la mal llamada Revolución bolivariana. Desde su propio inicio, se observó que existía un marcado interés en destruir todos los elementos de control que exigen obligatoriamente las Finanzas Públicas, para de esa manera lograr comprometer a los funcionarios públicos, por encima de la lealtad normal que debe existir con un gobierno, y al mismo tiempo permitir que los dineros públicos se manejaran, sin ningún control, para poder ser utilizados con absoluta libertad por el régimen chavista en sus objetivos políticos.
Me voy a referir a varios casos de corrupción, señalados por numerosos medios de comunicación, en los cuales aparecen vinculados algunos miembros de la Fuerza Armada Nacional. La opinión pública, con particular perspicacia, le dio un nombre: “la camarilla militar del régimen chavista”, para diferenciar a ese grupo de privilegiados y corruptos, de la inmensa mayoría de los cuadros militares que mantienen una conducta apegada a los valores de honestidad y austeridad que deben caracterizar al militar profesional. Me refiero a tres casos en particular. Uno de ellos, el Plan Bolívar 2000, el cual ocurrió al inicio del régimen chavista. Los otros dos, los casos de los tenientes Rafael Isea y Alejandro Andrade, los cuales han escandalizado a la opinión pública por la gravedad de los hechos que se les señalan, las altas funciones financieras que ejercieron y su estrecha amistad con Hugo Chávez.
El Plan Bolívar 2000 tenía por objetivo construir numerosas obras de ingeniería que buscaban resolver urgentes problemas sociales en las distintas guarniciones militares. Recuerdo, que los miembros del Frente Institucional Militar nos dirigimos al entonces ministro de la Defensa, general Raúl Salazar, con la finalidad de exponerle el inmenso riesgo que correría la moral de la Fuerza Armada si se aplicaba dicho plan. Le explicamos, tanto por escrito como en audiencia personal, los peligros que nosotros percibíamos al tener los comandantes de guarnición que recibir inmensas cantidades de dinero para realizar compras de materiales de construcción sin tener una estructura administrativa de control. Los comandos de guarnición están diseñados para administrar cantidades que, en ese tiempo, apenas llegaban a algunos cientos de miles de bolívares. Los hechos de corrupción fueron vergonzosos.
El caso del teniente Rafael Isea es sorprendente. Amigo íntimo de Hugo Chávez, fue designado para los más altos cargos sin tener la preparación ni la experiencia necesaria. De ser su asistente personal, pasó en el año 2004 a viceministro de Finanzas y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes) hasta el año 2008 que lo nombró ministro de Finanzas. A los pocos meses se lanzó como candidato a gobernador del estado Aragua. Su responsabilidad en graves hechos de corrupción es conocida. El más grave caso fue la estafa a la Nación conocido como las notas estructuradas. El ministerio de Finanzas seleccionaba a dedo los bancos con el objeto de que pudieran adquirir dichas notas a 2,15 dólares con el derecho a revenderlas al mes en el mercado paralelo a 4,20 dólares. ¿Desconocía Hugo Chávez estos hechos? Realmente, no lo creo…
El caso del teniente Alejandro Andrade es aún más criticable. Su amistad con Hugo Chávez alcanzó niveles de tal intimidad que era considerado como un miembro más de su familia. En el año 2002 fue designado Presidente del Fondo Único Social; en el año 2007 fue nombrado Tesorero de la Nación; en el año 2008 fue juramentado como presidente de Bandes. Es casi imposible determinar el número de negocios irregulares que hizo desde esos cargos, pero su elevado nivel de vida así lo señala. El más escandaloso fue la venta de bonos de la deuda argentina en posesión de Venezuela a un fondo financiero perteneciente a Francisco Ilarramendi, quien se encuentra preso en los Estados Unidos por montar un fraude que involucró recursos de Pdvsa. ¿Desconocía Hugo Chávez estos hechos? Estoy convencido de que no. Definitivamente, un mito con pies de barro…