Otras cosas que no marchan
Algunas de ellas ya no son arreglables pues el deterioro es total, son irrecuperables. Otras, estoy seguro, es sólo cuestión de tiempo para que se pierdan. Entre las cosas irrecuperables se cuentan equipos electrónicos y mecánicos, que por obsolescencia, deterioro, falta de mantenimiento y ausencia de repuestos, ya no resulta rentable su reparación. Imagino que cada uno de los lectores tendrá su propia lista de ejemplos.
Algo parecido pasa con la salud, el deterioro de algunas personas que no encuentran los medicamentos o los tratamientos quirúrgicos apropiados para el control o cura de sus enfermedades, puede llevarlos a una situación de irreversibilidad y hasta de muerte.
Similar situación vivimos en el medio social y económico. El rezago es tal que muchos negocios son irrecuperables y los alquileres y otros gastos más la escasez de inventarios hacen que sean improductivos.
Los servicios igualmente padecen de deterioro, tanto los privados como los públicos. Las líneas aéreas impuntuales y descuidadas en su mantenimiento, limpieza y atención al público, los aeropuertos, sucios, malolientes, sin servicios sanitarios adecuados y con personal disgustado e incumplido. Las carreteras sin mantenimiento ni modernización, con señalización insuficiente y vigilancia escasa o nula.
En cuanto a la información, está reducida a su mínima expresión. No hay noticias y las que hay son obsoletas, parciales y hasta inútiles. Con el agravante de que la tendencia es hacia la desaparición de los periodistas como tales y por tanto de la información veraz y oportuna.
En cuanto a la política, ésta ha desaparecido. Por un lado el gobierno ha entubado la manera de pensar y las tendencias ideológicas de sus adeptos, favoreciendo y estimulando el pensamiento único, el desprecio por la disidencia y la descalificación de los opositores. Por otro lado la oposición ha llegado a creer que el planteamiento gubernamental de entubar la voluntad popular es adecuado y se ha dedicado a hacer lo mismo: candidato único, programa único, etc. Ni el gobierno ni la oposición son verdaderamente democráticos. Otro gallo cantará y un nuevo amanecer iluminará nuestra política venezolana, cuando actuemos de acuerdo a nuestras conciencias con algo más en la mira que ganar elecciones con las mismas mañas de los otros. Los líderes políticos deben mostrar sus preferencias ideológicas y sus inclinaciones electorales diáfanamente para que los votantes se sientan identificados y parte del futuro, no simplemente robotizados depositantes de votos necesarios para cumplir castigos electorales contra el adversario. La MUD ya no sirve y no tiene arreglo. La coalescencia voluntaria de opiniones y votos, sí sirve, pero entubada no.