Atropello total
Uno de los argumentos más fuertes que se puede contraponer a la nueva propuesta que hace Chávez de reelección presidencial eterna es la forma cómo se ha tramitado. La evidente violación de todos los procedimientos constitucionales y legales muestra la perversión intrínseca de la inclusión de la posibilidad de que el Presidente pueda reelegirse siempre.
Para empezar, ya la proposición fue rechazada por el electorado el 2 de diciembre de 2007 en un referendo del cual el Consejo Nacional Electoral no ha entregado todavía los resultados totales. Esta omisión constituye –tomando en cuenta la onerosa plataforma tecnológica- una insólita desvergüenza que no ha frenado al organismo comicial para disponerse a repetir el referendo.
Lo legal y lógico era que el CNE hubiese publicado los números finales del anterior referendo y no haber declarado ganador al No gracias a una “tendencia irreversible” de la sumas parciales de los votos de cada opción.
Pero no sólo el 2-D se votó en contra de la reelección presidencial indefinida sino que en el referendo aprobatorio de la Constitución de 1999, el pueblo también ya había rechazado la reelección perpetua al avalar el artículo 230 que habla de la reelección inmediata y por una sola vez.
La concentración de poder en la Presidencia de la República y la desaparición de la autonomía de los demás poderes públicos ha permitido que nuevamente se discuta una cuestión que ya el electorado rechazó, a pesar de que la Constitución lo prohíbe. Sólo en un nuevo período constitucional pueden volver a discutirse los proyectos de enmienda o reforma constitucionales ya presentados.
A todas estas violaciones del ordenamiento legal, la casi unánime oficialista Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia han respondido con la mayor de las obsecuencias. El único elemento que han tomado en cuenta ha sido el deseo de Hugo Chávez: su delirio de mantenerse en el poder hasta la muerte, como Fidel Castro.
Risa han causado las maromas dialécticas de quienes hasta ayer decían que la reelección perenne debía ser sólo para el Presidente de la República y ante el cambio oportunista del jefe al ahora proponerla para todos los cargos de elección, han cambiado milagrosamente de opinión.
El CNE que todavía no ha podido dar los resultados del referendo de diciembre de 2007, hoy se muestra tan eficiente que ha acortado los lapsos para complacer la orden presidencial.. Ni siquiera han transcurrido tres meses desde la celebración de las elecciones regionales cuando ya se quiere someter a otro proceso electoral a los venezolanos.
No se sabe si hay tiempo suficiente para poner a tono las maquinitas de Smartmatic y apenas se ajusta el tiempo que exige la Ley (45 días) para preservar los equipos y materiales que deben ser auditados después de unas elecciones. Pero ya vimos cómo antes de que la enmienda fuera planteada en la Asamblea, los funcionarios electorales se peleaban por ser el primero en manifestar su beneplácito.
La Ley también establece que una materia (aunque no sea parte del texto constitucional) ya llevada a referendo no puede ser discutida de nuevo hasta que no pasen dos años. Pero la más grande falta del CNE en la organización de este referendo es la de negar la inscripción en el censo electoral de quienes cumplieron la mayoría de edad después del 23 de noviembre pasado. Se les está negando el derecho al voto a unos 400 mil electores. Vamos a ver cómo responde el TSJ a las solicitudes de amparo constitucional que ha recibido sobre la materia.
La causa principal del apuro es evidente. La situación económica empeorará y -a pesar de la prometida inmunidad frente a la crisis mundial- será difícil que los precios petroleros se recuperen. El gobierno chavista tendrá que tomar más adelante otras medidas en contra de la gente, como ya lo ha hecho aumentando las restricciones a la compra de dólares. Seguramente implementará nuevos impuestos y reglamentará el consumo de algunos productos. Todo esto incidirá en la aceleración del crecimiento del descontento popular.
Este atropello a la Constitución y las leyes está enmarcado en el abuso propagandístico de las interminables cadenas de radio y TV y en medio de la inaudita impunidad de la cual gozan quienes roban y asesinan en Venezuela.
Todo constituye una pequeña muestra palpable de lo que sería capaz de hacer Chávez si tuviera la posibilidad “legal” de eternizarse en el poder.
¡Qué no hará sin fecha de vencimiento!