El dilema de Aruba
El gobierno de Aruba detuvo al ex director de Inteligencia Militar de Venezuela, Hugo Carvajal, en esa isla caribeña, a petición de Estados Unidos, que le reclama por narcotráfico y ayuda a la guerrilla colombiana, informaron hoy medios locales y estadounidenses.
Los Estados Unidos tienen un tratado de extradición con los Países Bajos que incluye a las Antillas Neerlandesas y Aruba en especial. Bajo ese tratado de 1980 son extraditables quienes hayan cometido los delitos allí señalados. En una revisión aprobada del tratado se incluyeron nuevos delitos no contemplados en la lista inicial, entre ellos los relacionados con el narcotráfico.
Por lo que se ha sabido a través de las noticias, se pretende la extradición por presumirse que el general cometió delitos contemplados por el tratado. El general ha sido detenido y ahora se abre un procedimiento judicial para determinar si procede o no la extradición requerida por el gobierno de los Estados Unidos. Desde luego, en ese procedimiento de extradición, Carvajal tiene el derecho de defensa.
A Aruba se le plantea un problema: o bien continúa con el proceso y decide entregar al general si es que la justicia en Aruba determina que procede la extradición, o se somete a un posible chantaje de Maduro que ha declarado que si Carvajal lo extraditan ello tendría graves consecuencias para la isla antillana (¿estaría pensando en romper relaciones con los Países Bajos, cerrar las relaciones comerciales con la isla o incluso los vuelos hacia o desde la misma?). Los neerlandeses se caracterizan por el respeto del derecho y los tratados y luce difícil que si se cumplen todos los requisitos para una extradición acordada bajo debido proceso, Aruba no entregue a Carvajal. El dilema de Aruba consiste en determinar qué le conviene más, tener problemas con Venezuela o con los Estados Unidos.