Opinión Nacional

Violencia física e institucional

En Venezuela avanza la destrucción de la República democrática, federal y descentralizada que define la Constitución. El desmoronamiento de las instituciones fundamentales, el desconocimiento de los principios básicos de la vida en libertad, la violencia física e institucional aplicada sistemáticamente en contra de la dignidad de la persona humana, de sus derechos naturales y legales, anuncian el final de la guerra que en las sombras ha dirigido el jefe del estado en contra de la nación. Ahora es abierta y definitiva. Todas las alternativas del oficialismo asoman una línea de exterminio en contra de la disidencia activa o pasiva. Debemos enfrentarla de manera decidida con ánimo de superación definitiva.

La violencia oficial se extiende por todo el territorio nacional. Amenazas, despidos, discriminaciones, golpes, asesinatos, agresiones, asaltos a oficinas públicas dependientes de alcaldes y gobernadores no chavistas recientemente elegidos, saboteo sistemático a los planes y proyectos que anuncian, uso y abuso de los medios de comunicación gubernamentales y de los recursos del estado son manifestaciones de esta guerra civil que ya empezó. Trascienden en mucho el ya de por sí importantísimo ejercicio de votación convocado para el próximo 15 de febrero en el que se saben derrotados. Venezuela rechaza la reelección indefinida, los períodos de diez años continuos asomados por Chávez hasta el 2049 por lo menos, la socialización comunistoide del país y está indignada por la farsa que envuelve la pregunta sometida a consulta por los payasos de la asamblea cumpliendo órdenes del dueño del circo. Nadie se engaña. No se trata de “ampliar los derechos políticos del pueblo”, ni de los ciudadanos, sino de ampliar hasta el infinito el derecho de los gobernantes a perpetuarse en el poder.

El régimen estimula, dirige y aplaude las acciones de los mercenarios que siembran terror en la población. con acciones vandálicas propias de malandros. Pero hay un malandro mayor alejado de sus deberes y obligaciones constitucionales que las coordina. Ejemplo, la reciente salvajada en contra de la Sinagoga Tiferet Israel de Maripérez en Caracas, consecuencia de la reiterada agresión verbal de Chávez en contra de Israel y la comunidad judía, de su abierta alianza con Hamas e Irán.

El régimen solo podrá mantenerse sobre la base del fraude y la fuerza bruta. Ha renunciado a cualquier posibilidad de rectificación, de diálogo sereno y propósito de enmienda. En consecuencia, finaliza el respeto a la vida como muro de contención al odio político. No olvidemos que cuando las balas dan en el blanco preciso…¡es la guerra! Más allá de la victoria del 15F el desenlace luce incierto. Nadie sabe como salir de la crisis. Las vías normales están agotadas y las gestiones políticas han fracasado. Hay que abandonar la comodidad de la rutina. El triunfo dependerá de la cabeza, el corazón y el coraje de un liderazgo dispuesto a jugársela completa.

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