¿Un verdadero gobierno de puentes?
Hay gobiernos de gobiernos: unos son incluyentes, abiertos, respetuosos de la opinión contraria, corteses en el trato con sus ciudadanos y con los demás colegas que gobiernan. Estados soberanos. Hay otros, sin embargo, como el nuestro, que hacen todo lo contrario: están hechos para la exclusión y el desprecio, para el irrespeto y el insulto, para la separación y la diferencia.
Nuestro actual gobierno es tributario de la “o”: o estás conmigo o estás contra mí, es su intransigente manera de entender el ejercicio del poder o de formular las políticas públicas.
Esa “o” de diferencia y exclusión tiene infinidad de fórmulas y aplicaciones ya conocidas y repetidas hasta el cansancio por el Líder y sus acólitos:
• Revolucionario o Imperialista
• Escuálido o del Proceso
• Vende Patria o rojo rojito
• Fascista o bolivariano
• Lacayo del Imperialismo o Lancero de la Revolución
• Explotador o pueblo
• Neoliberales o socialistas
• Urbanización o Barrio
• Patriotas o traidores
• Venezolanos o del Partido Único
• Chavistas o golpistas
• Oeste o Este
• Fidelistas o Carlosandrecistas
En fin, buenos y malos, los míos y los demás, venezolanos de primera y venezolanos de segunda.
Este gobierno de la “o” profundiza día a día, peligrosamente, la antidemocrática y riesgosa senda del círculo, del cerco, del recinto exclusivo, de la rosca.
Este proceder absolutista lo llevará, indefectiblemente, a profundizar la “o” del odio, del oscurantismo, del ocultamiento, para terminar haciendo creciente uso de los conocidos instrumentos de la autocracia intolerante: cepo, esposas, grillete, juicio, prisión o exilio.
¿Es qué es tan difícil promover un gobierno de la “Y”? Nosotros y Ustedes, Ustedes y Nosotros, venezolanos y más venezolanos.