Cacho en la manga!
Ya Chávez está en campaña, es precandidato por 2012, así lo afirmó en el «balcón del pueblo», aunque omitió que también lo sería en 2018, 2024, 2030 y más si sigue la receta de Fidel y Mugabe .
El eterno candidato, estará pensando como superar la caída de su popularidad y el avance de la oposición. Apuesta a que la crisis económica y financiera internacional golpeará lo menos posible a «sus» venezolanos. Cuenta con reservas internacionales que para evitar un desastre, pero solo si el mundo y la demanda petrolera se recuperan para mediados o incluso finales de año. El paquete Araque-Chavez ya comenzó con las restricciones de CADIVI y los anuncios de austeridad en el gastos del gobierno. Pero, esto último no es posible. La revolución socialista se ha montado en una relación utilitaria-dependiente entre el líder y sus seguidores: «si no me das, no te apoyo». Recordemos que creó las misiones para ganar el revocatorio y sobre ellas montó su revolución. Si se para el reparto, corre el riesgo de que la revolución colapse. Pero, aquí esta la paradoja perversa: si no reparte pierde apoyo y si lo hace, genera inflación y malestar, e inevitablemente perderá apoyo.
Chávez debe parar el avance de la oposición, pero se enfrenta a un fenómeno inédito: la oposición son (5,2) millones de personas independientes- pero en crecimiento-, que en su gran mayoría no militan en partidos políticos y son muy críticos de sus dirigentes. De hecho, independientemente del loable esfuerzo hecho por la oposición para el 15F, en especial en las mesas, la unidad flaqueó, la propaganda no tenía contenido y sus cuadros no llegaron a todas partes, sin embargo a pesar de esto el rechazo al «soliestrellado» creció, casi silvestremente. Esta debilidad es entendible pues los principales partidos o son bisoños o vienen de ser triturados por la historia, las organizaciones de la sociedad civil tienen poca penetración y los jóvenes a penas despiertan a la política.
Muchos claman por unidad y reclaman un líder, y esto es importante. Pero Chávez está esperando que surjan líderes para sacarlos de circulación, como con López y Mendoza y ahora Rosales, para hablar de los opositores. Su popularidad cae por desgaste natural y su permanente «inventar y errar», pero también por el resurgir del talante democrático del venezolano. De aquí al 2012, perseguirá a sus contrincantes para inhabilitarlos o encarcelarlos, sino basta con desprestigiados. ¡Cacho en la manga!; se coleará si hay unidad de comando. ¡A trabajar!