La verdadera conspiración internacional
Desde que “El Finado” llegó al poder, Cuba contó con el dinero necesario para expandir y consolidar su influencia internacional. Los Castro ya habían urdido una red de apoyo a la revolución cubana, basada en aquello que lo digno es ser antiimperialista y antinorteamericano, sin importar que ellos sometan a sus ciudadanos. Y que en todo caso el hambre y la represión que sufre el pueblo cubano no es culpa de ellos sino del mismo imperio que les ha puesto un bloqueo e intenta desestabilizarlos. En esto han caído muchos intelectuales y líderes latinoamericanos, ya sea porque provienen de una trasnochada izquierda marxistoide o porque resienten los desmanes de los norteamericanos en el mundo. Viven una especie de “guerra fría mental” maniquea donde o se apoya a los Castro o se apoya al imperialismo.
Lo cierto es que en esa búsqueda de articular una fuerza antiimperilista – anti EE.UU. claro, pues aliarse con Rusia y China no importa- el castro-chavismo se ha unido con movimientos considerados como terroristas e incluso narcotraficantes (“pues debilitan al imperio”) sea en la región (las FARC) como en otros continentes en especial en el mundo islámico (Hezbolá, Hamas). Y también con los más repudiados gobiernos de esa región y condenados por la comunidad internacional, como Libia, Siria o Irán.
Una investigación del “Centro para una Sociedad Libre Segura y del “Instituto de Canadá de Análisis Social y Económico” ha revelado que los regímenes venezolano, cubano e iraní han «armado un Caballo de Troya» para «colocar espías y otros actores nefastos en el hemisferio occidental». En ella se asegura que los pasaportes venezolanos- manejados por los cubanos- habrían sido utilizados para esos fines y en general dotar de identidad a terroristas internacionales.
Y citan el caso de Canadá donde estos regímenes se articulan con ONG para defender sus revoluciones y hacer espionaje, a través del financiamiento de Centros Culturales, intercambios y conferencias. Así como atrayendo formadores de opinión canadienses, dando apoyos a los grupos de solidaridad, vigilando sus diásporas de inmigrantes y captando algunos para sus causas. La actual guerra en Irak (y Siria),con la guerrilla yihadistas del ISIS (o EIIL), ya cuenta con reclutados en Canadá.