La nueva república
Más temprano que tarde saldremos de esta situación que nos agobia, nos atemoriza y nos disuelve. A partir de ese momento nos tocara a todos construir la Nueva República.
Recoger los pedazos de la patria desmigajada por la irresponsabilidad y las quimeras, será un trabajo arduo que deberemos acometer lo mas pronto posible.
Debemos empezar por recomponer el aparato productivo nacional, creando un parque industrial que proporciones bienes y servicios en cantidad suficiente para el autoabastecimiento y la exportación.
La ingente búsqueda del pleno empleo con salarios justos para todos que permitan una movilidad social ascendente. Una plena seguridad social con centros asistenciales bien dotados. Un control del hampa para una vida segura y sin sobresaltos.
Unas cámaras legislativas que se apeguen a la realidad y produzcan normas para una mejor convivencia, con tribunales que administren la justicia de acuerdo a la ley que nos hace iguales a todos.
En fin, una Nueva República en la cual su máxima autoridad y representatividad pública sea elegida periódicamente por los ciudadanos, con independencia de los poderes públicos y con una productiva descentralización.
Con una constitución que defienda la igualdad de las personas ante la ley, los derechos de propiedad y la libre empresa. Con un gobierno eficaz, responsable y sensible que se encuentra más cerca del pueblo, sin castas basadas en la sucesión, en ideologías caducas ni en los privilegios del poder o en la exclusión de un sector de la población por otro.
Una nueva república en la cual se protejan los valores de la familia, la religión, la moral y la ética. Un país de propietarios con un gobierno limitado y una Venezuela que viva con bienestar y libertad.
Ello no es una utopía, antes de esta edad media estábamos luchando por ella, el problema es que ahora tendremos que empezar a construirla.