El Golfo de Venezuela (II)
Parece haber descendido de lugar en el rating de los escándalos domésticos. Se encuentra en aparente curvatura descendente después de haber sido banalizado y convertido en bagazo conspirativo bajo el remoquete de “Plan Golfo Turbio” (ver Aporrea.com). Tanto así, que mientras escribo me entero de la designación de una nueva Comisión Negociadora Venezolana. ¡El detalle que faltaba! En paralelo, el tema es incorporado a la agenda de debates de la Asamblea Nacional. Allí se denuncia que el zaperoco armado alrededor del Golfo fue urdido desde Bogotá por mano aviesa de Enrique Santos Calderón, Director del diario “El Tiempo” y Presidente de la SIP, quien habría instruido al Director de Tal Cual, Teodoro Petkoff, a que arruinase la visita de Uribe a Venezuela aprovechando el polvorín del Golfo. “Bueno Catire, ahí te dejo eso, respóndeme pronto, Enrique”. (Ver página web de la Asamblea Nacional).
Lo cierto es que la publicación del zutano memorándum “secreto” del Comisionado Nieves-Croes acabó con la posibilidad de firmar ese negociado en el que se reúnen los argumentos más lesivos a los intereses de Venezuela. Pero aún flotan dudas en el ambiente. ¿Por qué tardó diecinueve meses Nieves-Croes en consignar el fulano oficio de disidencia? ¿Por qué la información aparecida inmediatamente después de la reunión de “Hato Grande” (31-08-07), en la que se describen los términos aproximados de la negociación, incluyendo el Aló Presidente 292, no produce ninguna reacción en la opinión pública? Véanse por ejemplo a tal fin, la entrevista realizada por Yamid Amat al presidente de la Comisión Negociadora de Colombia el (08-09-07); o “Los tratos secretos del diferendo” de Valentina Lares publicado por El Tiempo de Bogotá (09-09-07); o “Las Verdades de Miguel” (La confidencia de Giovanna de Michelle, “EL Golfo está negociado” (12-10-07).
El único político que reaccionó ante tales eventos fue José Vicente Rangel, ex Canciller, ex Ministro de la Defensa y ex Vicepresidente de la República, quien en su programa de Televen del 31-09-07 y al día siguiente en su columna “El Espejo” de Ultimas Noticias, afirmó: “Cautela en el Golfo… Reconozco la habilidad política de Chávez y su intuición…Pero me parece que mezclar “acuerdo humanitario” con “delimitación de áreas marinas y submarinas” en una zona vital para el país como es el Golfo, constituye un plato fuerte”.
Con la salida de Chávez como facilitador del acuerdo humanitario, el juego había cambiado. El Golfo ya no era canjeable por protagonismo pacificador. Ahora había dos chantajes caminando en las sombras. Información presunta contenida en las computadoras de alias Raúl Reyes a cambio de territorio. El oscuro objeto del deseo había sufrido una metamorfosis preocupante que debía interrumpirse. Una salida era abortarlo. ¿Pero cómo? Simple. A través de una aparente filtración. El resto es historia. ¿Qué quién lo hizo? No tiene importancia. En alguna esfera del poder se decidió impedir la misión Golfo. Chávez, la armada venezolana o la colombiana, Uribe o enemigos de él, el imperio. ¿Qué importa?