El mutilado árbol de las tres raíces
La demagogia y el disfraz han sido las características del actual gobierno para apuntalarse en el sentimiento popular. Una de las más grandes mentiras ha sido lo del árbol de las tres raíces.
Las imágenes históricas de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora se convirtieron en instrumentos en la fraseología mentirosa de quienes hasta hoy tienen diez años destrozando al país.
El primer gran hachazo dado a ese mítico árbol es la pretendida perpetuidad en la conducción del Estado de quien es hoy el inquilino de Miraflores. Bolívar lo expreso con claridad mediana en variadas oportunidades: “Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y el a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía”
El segundo desraizar se produjo con la imposición de ideologizar a las nuevas generaciones con el purgante del Socialismo del Siglo XXI que no es otra cosa que un culto a la personalidad de quien pregona la tesis fascista de “caudillo, pueblo y ejercito”. “Rodríguez quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con calidad, en torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de comprender y analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal en el contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y construirse como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a ser, a convivir, a aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a cada individuo crecer y desarrollarse como persona y a preocuparse por su entorno social, que le enseñe los valores y principios de su sociedad. Formar individuos que enfrenten al mundo valiéndose de sus destrezas y habilidades. Formar personas pensantes que no se valgan solo de la memoria y por ultimo que se les enseñe a trabajar y a valorar su trabajo. Y con estas bases se contrita una genuina Educación de Calidad.”
La tercera raíz fue cortada de plano cuando se inicia la centralización de todos los poderes, que aun no estaban bajo la férula absolutista, el federalismo defendido por Ezequiel Zamora. Para muestra del cercenamiento trascribimos la proclama Dada en Coro, a 25 de febrero de 1859, año 1º de la Federación.
PROCLAMA DE EZEQUIEL ZAMORA
Y JOSÉ R. GONZÁLEZ
Los jefes del ejército federal de occidente, a sus compañeros de armas, a los venezolanos todos:
¡Corianos! Habéis levantado el pabellón de la libertad, de entre ese polvo de las pasiones inmundas, del abismo de la ignominia; grande es vuestra gloria. La gratitud de la nación será, no lo dudéis, inmensa, como su cooperación, como la unidad de su querer, como la explosión de su valor para sacudir todo género de servidumbre.
¡Venezolanos: Salud; y para siempre libertad! Ni ahora, ni nunca, la vergüenza de las cadenas.
¡Venezolanos: Federación!
La Federación encierra en el seno de su poder el remedio de todos los males de la patria. No; no es que los remedia; es que los hará imposibles. Con Federación atenderá cada Estado a todas sus necesidades y utilizará todos sus recursos, mientras que juntos constituirán por el vínculo del gobierno general el gran bien, el bien fecundo y glorioso de la unidad nacional. El orden público dejará de ser un pretexto de tiranía, porque será la primera de las atribuciones de cada gobierno particular. Tendrán los pueblos magistrados de su exclusiva elección. Volveremos la espalda, ya para siempre, a las tiranías, a las dictaduras, a todos los disfraces de la detestable autocracia. Coro es ya un Estado. Mientras que se verifican las elecciones conforme a las mejores doctrinas, Coro tiene ya un gobierno propio, y asumiendo el Estado su soberanía, constituye una de las grandes unidades políticas de la Federación venezolana. Otras provincias han lanzado ya el grito de libertad; todas se disputarán ese honor; cada una hará el mismo uso de la soberanía, y pronto, muy pronto, constituirán el gobierno general. Entretanto, la conciencia de nuestros derechos, y nuestro valor, harán simultáneo, decisivo y omnipotente el movimiento de los pueblos de Venezuela por la última y la más gloriosa de sus conquistas: el sistema Federal. Queremos ahorrar la sangre de nuestros hermanos; queremos la tranquilidad de las familias y la paz y la libertad imperando en la república. Levántese ella como un solo hombre, lance el grito de la voluntad, y sus mismos opresores inclinarán la frente respetuosa ante el soberano, ante el pueblo de Venezuela. Y desgraciados de los que no lo hicieren!”
El árbol de la tres raíces ya no le pude dar frutos a quien lo ha matado con sus inconsecuencias históricas.