Opinión Nacional

Renace la esperanza en este perro mundo

Colmado estoy de temas que por su multitud, complejidad, significación, pertinencia, reclaman replantearse la existencia en este aquí y ahora para saber si el tiempo que vendrá sentido alcanza y así emprender las necesarias luchas para construirlo o si fatal reclama por imponencia la renuncia, o necesaria y buena se hace la soledad, la que requiere ausencias para el encuentro de uno consigo y tal vez con el otro o irse al monte para desde muy lejos ver si la vista alcanza descifrar el desorden propio de nuestra era, en esta casa nuestra, en esa cosa nostra, que en pedazos subsiste su esencia, Venezuela, bajo esta nueva máscara cuyo nombre, RBV, es opuesto perfecto a su enunciado. La ciencia bajo las garras de la ignorancia que repleta la sabiduría de su jerarca; la cultura en su amplitud máxima nada es y como arte menos es, está en las manos bárbaras, unos HUNOS, sin la grandeza de Atila, sólo bárbaros siniestros que en sus cerebros llevan las patas de su caballo, Othar, y como él, donde pisan no renace la hierva nunca mas. Solo la muerte queda. El pensamiento se repite en su ausencia de sueños y en lugares comunes en CEDICE, donde nada se dice, como si el tiempo se hubiese consumado en el pasado, el anticomunismo con sus argucias del poder amamantadas, la libertad, la propiedad que buenas son, que necesarias son, allí convertidas en los viejos esquemas del capitalismo de sus tiempos primeros, sin adentrarse a la profundidad de sus contradicciones, que alimentan su vida, tal entre muchas los avances políticos, las conquistas de la ciencia, la socialización en el uso de las tecnologías, limando cada vez con mas intensidad sus terribles garras de muerte, contaminación, guerras. Vale decir, sus contradicciones para devolver la ética a la política y por tanto la necesaria subordinación de la economía a la política. Y por si fuera poco, frente a este CEDICE, el foro para nada decir o repetir manuales del viejo dogmatismo: “Los intelectuales frente a la crisis del capitalismo”. CELARG. Salvo que para estos sabios de pretéritas eras, no hubo difusión oficial, pues la concentraron toda en promover la presencia de los “ponentes” de CEDICE. Impresionantemente buena la promoción que le dio el gobierno e impresionante la autoacusación de intolerancia, fundamentalismo, que concluye en la ordenen que ayer dio el comandante al TSJ, a la Fiscalía, para que hagan lo que tienen qué hacer, lo que él ordena y manda, perseguir hasta apresar a quien disienta, y si no: lo hago yo, concluye, de su ira colmado. Al diablo el mundo, él es él, como otrora Jehová era.

Más cerca de mi alma, la muerte del Dr. Maestro Eduardo Rahn. Su mujer, Gladys, sobre él dijo la única verdad que yo repito: Eduardo no ha muerto! Y verdad que verdad es, cuando mañana resucite la verdad y el arte viva en ella, como que es esa su casa, porque el arte es la verdad, es la belleza, es la esencia de la existencia y de la vida plena, entonces, el Maestro Eduardo, el Dr. Rahn, vivirá. La ciudad sabrá decirle en acto de justicia y gratitud: Maestro, tenga usted la batuta. Lo demás y lo de hoy queda como evidencia de la barbarie que en Maracaibo rumia alimentada de miserias. Del mundo abierto otras voces llegaron: Maestro, reiteran desde lejos, mas que dejar en Maracaibo nuestra vida en los conciertos de sus manos guiados es traer a Maracaibo a nuestras vidas. ¡Eduardo Rahn No ha muerto!, es la mayor verdad que de él queda.

No está en calma mi alma mi espíritu no pude estar tranquilo. Es presenciar la tragedia sin un poeta que, como Sófocles, pueda asir sus formas y transustanciar en belleza la fuerza del destino. Es presenciar, testigo voluntario de primera fila, el silencio que asesina a la Universidad, digo mejor, el silencio que la universidad toma como arma perfecta de su suicidio, eficaz como él solo, pues la vida de la universidad está en la Palabra que orienta, que guía, en correspondencia con sus propios hechos y el arte y la ciencia cantan y juegan tras la verdad y la belleza, se descifran enigmas, se trazan los caminos, porque es ética, es moral, es ejemplo en cada acción que en ella se concreta. No puedo estar tranquilo, tal como dije ayer, con una Iglesia acartonada, huera, que medra en el palacio, o pace rumiando ideas muy viejas en los nuevos púlpitos de los mass media. Me pesa el vacío que nutre y alimenta a los partidos políticos, sin dejar uno fuera. Me asusta no poder decir nada del TSJ, algo nuevo siquiera, que distinto sea a lo que todos saben, la única verdad, que en él la justicia no es, que solo existe la voluntad del César. Duele ver a la Fiscal sin ojos que sonriente cumple su feo oficio de sumisión perfecta. Me duele que no me duela la arrogante estupidez de ignorancia repleta de la AN. Establo en lugar de parlamento. Me angustia, todavía, la impunidad que protege al crimen, que anda suelto sin cabestro sin brida en todos los espacios, que de medio sirve al terrorismo de estado, que en listas condena a ser esclavo al ciudadano, que busca empecinado que en cada quien verdad se haga el estado de terror y, entonces, se apaguen los sueños de equidad, de justicia, de libertad, de vida. Me asquea, perdone el término, la apagada lucidez del ministro Navarro, para quien, la perversidad del poder político debe reafirmarse en la universidad, donde el igualitarismo sustituya la razón, la especificad del oficio, y se perfeccione el asalto que Caldera hizo a la academia, con su vil reforma que marca el camino de la burdelización de la universidad. Y allí, quien mejor pague mayor éxito alcanza. Esa es la universidad adeco-copeyana, de la fau, de las mafias y que resumí hace tiempo con esta sentencia: “en la universidad un voto vale más que un teorema y un poema carece de valor”. Y cuando vi al ministro Acuña recibir a la rectora de la UCV no pude menos que mirar una escena donde la pornografía sustituyó la belleza del sexo.

Pero la razón vuelve, se enfrenta al nihilismo. En esa cosa extraña a la cultura, complejo objeto para la filosofía, para el conocimiento, que identifican o se justifica como chavismo, la consciencia crítica ha emprendido el vuelo. El presidente ya no es, nunca fue, pero ahora se expresa con nitidez que honra, un ser supremo, la verdad, el camino, la vida. Tampoco Chacumbele, cierto les parece, pero seguros están que a este Proceso lo devora el propio presidente y están con él en ese banquete, donde la corrupción es un plato excelente, sólo sus secuaces que engordan su dinero en proporción directa a los delirios del señor presidente. Estos críticos tienen todos los riesgos, el de las famosas purgas del stalinismo, o el de las autoacusaciones ante la Inquisición para el perdón o son víctimas del fundamentalismo de factores de la oposición que tanto daño hacen y harán aún más. Está la esperanza en numerosos trabajadores que sabios en historia y de principios saben que la vida del sindicato tiene su particularidad, que no es apéndice del partido y que su papel histórico está en la democracia protagónica, participativa de los trabajadores en la toma de sus decisiones, en la selección libre de sus dirigentes. Está en el pueblo llano que, si bien agradecido por beneficios que a él llegan en misiones, ya cuestionan su estilo, se oponen a su utilización como control social, y claman por mayor equidad, por mayor justicia, por mayor libertad. Pueblo que quiere superar la trampa de la limosna que hipoteca el alma, por el trabajo que dignifica y crece. Está en el deslinde que empieza a vivirse sin mediadores ni mediatizaciones sobre la propiedad, que mas allá de respetar lo ajeno, la empiezan a vivir como expresión de la esencia humana misma, porque la propiedad comienza en el momento que el ser humano adquiere consciencia de si mismo, de su propio ser y de su ser propio. En la consciencia de superar el odio como fuerza de lucha y buscar el consenso que sobre lo esencial tanto nos une. Qué hacer con la escuela, qué contra la inseguridad, el hambre, el desempleo, por la calidad de las cosas, la necesidad del encuentro, de volver a jugar en el mismo equipo para el placer del encuentro de la amistad y el sueño.

También reafirma la esperanza la crítica que empieza a aparecer en la pared de enfrente al chavismo. Un gigantesco paso se ha dado al replantearse la estupidez del anticomunismo y la no menos estupidez del mercado absoluto, sabio, señor y dueño de la vida toda. Pasos se dan por combatir la corrupción y pasos se dan para fortalecer la democracia como hecho histórico y no como valor absoluto, maniobra donde el poder oculta sus garras. ¿Es poco? Lo se. Pero es tanto!. Ya hay chavistas (una vez mas perdóneseme el término) que escriben y no invocan la palabra de Chávez como verdad, sino que la buscan en la palabra propia y en la historia. Que hacen observaciones a la palabra del otro con propiedad, que empuja al descubrimiento de la verdad que juntos se puede alcanzar. Cuán bueno es todo esto. Y ya empieza a comprenderse que la estatización no es socialismo y que si éste se asume como transición a etapas superiores, en esa etapa, el socialismo, el poder del Estado, en su amplio sentido, debe pasar a manos del pueblo, a fin de superar la autocracia y abrir los caminos a su destrucción, y, con mayor verdad, superar el dogmatismo que hace unidimensional el pensamiento y por tanto esclavo al ser humano. Por ahí andamos y por ahí, presumo, anda el camino.

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