Los enemigos a derrotar el 26S
Cuando faltan cuatro días para las elecciones parlamentarias, los venezolanos, no solamente los de la oposición, sino todos los venezolanos, debemos tener claro que en esa fecha hay que derrotar dos enemigos.
Uno es el propio tenientecoronelpresidente. Como él mismo se ha declarado enemigo de todos los venezolanos que no lo apoyan o no simpatizan con él, no queda más remedio que considerarlo un enemigo.
Hay que derrotarlo el 26 de septiembre porque él mismo se ha transmutado en el candidato único del oficialismo. Ha convertido las elecciones parlamentarias en un plebiscito en el cual o se vota por él o se vota contra él. Según él, en los comicios parlamentarios la oposición va por él. En eso le concedo razón porque lo que se juega en esa fecha, además de recuperar la Asamblea General para todos los venezolanos, es la transición democrática del poder en el 2012 o su permanencia indefinida en la silla de Miraflores.
Para que no quede duda sobre esto que digo, transcribo el siguiente párrafo de las “Líneas” del mandón de Miraflores publicadas el domingo pasado:
“Las fuerzas imperiales, en su empeño por recuperar el dominio sobre Venezuela y convertir a nuestra patria de nuevo en una colonia gringa, han lanzado una vez más su ofensiva para tratar de ocupar la Asamblea Nacional con su lacayos, con su quinta columna, y luego, desde allí, obstaculizar, retardar y debilitar al Gobierno y a la Revolución Bolivariana, con miras a su derrocamiento por cualquier vía, antes de que concluya el actual período presidencial o en las elecciones de diciembre de 2012.”
El otro enemigo es la apatía, la indiferencia de una porción considerable de compatriotas que pareciera no entienden que cada voto cuenta y que en la participación está la clave del triunfo. Esa apatía muchas veces es consecuencia del pesimismo. Piensan que no vale la pena tomarse la molestia de ir a votar porque el fraude ya está montado. Esto último es verdad. El fraude está montado pero no necesariamente se materializará el día de las elecciones. Viene montando desde hace mucho tiempo por un órgano electoral controlado por el chavismo, los abusos de poder, el ventajismo, el peculado de uso de ministros y funcionarios que violan la constitución haciendo proselitismo y empleando recursos financieros, materiales y humanos en la campaña oficialista.
Pero si todos los venezolanos acuden a votar y se logra una mayoría aplastante tanto en el número de diputados electos y la cuantía de votos obtenidos por la oposición, no habrá fraude que valga. El tenientecoronelpresidente deberá reconocer la derrota so pena de enfrentar la reacción de esa mayoría de venezolanos y de la opinión pública internacional.
Son muchos los compatriotas que permanecen indiferentes frente a la realidad política, económica y social del país porque probablemente todavía no les ha tocado de cerca. Otros piensan quedarse en casa el 26 de septiembre por miedo de perder su empleo en la creciente burocracia creada por este régimen amedrentador o porque temen verse privados de las dádivas que reciben de las “misiones” que en muchos casos sirven para vivir sin trabajar.
Además, no hay que tener miedo. La Asamblea Nacional mayoritariamente opositora gracias a tu voto velará porque no se cometan atropellos ni despidos injustificados contra los votantes de cualquiera de los bandos en liza.
Si no votas, no te quejes después, cuando gracias a tu apatía el mandón de Miraflores haya implantado su comunismo del siglo XXI en nuestro país.
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