¿Quiénes son los escuálidos?
«No importa cuánto se viva sino cómo se vive, si se vive bien y se muere joven, se puede haber contribuido más que una persona hasta los ochenta años preocupada sólo de sí misma.» Martin L. King
Desde que comenzó esta revolución la cual llama Hugo Chávez y repetidas por algunos de sus seguidores, a aquellos quienes le hacen criticas lo califican de escuálidos, cualquiera que tenga una posición en contra de las políticas de Chávez, en su forma de gobernar lo catalogan en forma despectiva de escuálido o sino de oligarca.
Vimos después del proceso electoral del septiembre cuando a las 3 de la mañana del otro día, el CNE dio los resultados: por votación le ganaba la oposición al oficialismo. Según los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE), Chávez obtuvo 98 diputados, la oposición 65 diputados y el partido Patria para Todos (PPT) 2 diputados. Ahora bien, ese resultado no refleja la votación popular, ya que Chávez obtuvo cinco millones 399 mil 547 votos, mientras que la oposición obtuvo cinco millones 642 mil 553 —nuevamente, contando al PPT—. Si no se incluye al PPT, los resultados son 98 diputados para Chávez y 65 para la oposición, siendo los votos de la oposición cinco millones 312 mil 293; es decir, apenas 87 mil 281 votos menos que Chávez. Esta desproporción en los resultados de voto popular versus los curules obtenidos es una parte central de la derrota de Chávez.
Creíamos en ese momento que Chávez iba salir al balcón del pueblo, pero se silenció y espero varios días para decir esto: «Los escuálidos dicen que ganaron, sigan ganando así» tras calificar de «mentira» que la oposición haya obtenido más votos que el oficialismo en los comicios parlamentarios del 26 de septiembre; el presidente Chávez retó a sus adversarios políticos a que convoquen un referendo para revocar su mandato. Lleno de rabia por la pérdida electoral, una mujer a la cual conozco por twitter Andreina Flores en su función de periodista le pregunto: “¿Cómo se explica que con una diferencia de unos cien mil votos, la oposición haya logrado 37 diputados menos que el oficialismo?”. Esta pregunta lo sacó de sus casillas. Como suele hacer, despotricó contra la periodista, contra la oposición, contra el “imperialismo”, pero no dio una respuesta satisfactoria. Ante la evidencia tan clara, ni siquiera su proverbial labia pudo tapar el engaño y la mentira. La pelea fue fuerte entre Andreina y Chávez, él la mandaba a tomar nota de lo que decía en forma autoritaria y ella mantuvo una actitud muy sonora y muy calmada, nuestro presidente estaba botando sapos y culebras. Hasta que se calmó cuando un ñangara periodista hablo bolserías en contra de los medios y de la ética periodística.
No podemos negar que el triunfo de la oposición no fue más que el sentimiento de decepción contra el gobierno porque la verdad es que la oposición hasta donde supe no hizo un excelente trabajo en las zonas populares de la capital, solo queda profundizarlo, en las zonas populares hay redes de ciudadanos que están resteados con el cambio, por ejemplo hay circuitos como el de Catia, donde si bien no se ganó se duplicó el voto tradicional opositor, lo mismo el 23 de enero, El Junquito y Caricuao donde ganó la oposición. La semilla de la disidencia en los sectores populares ya tiene raíces y ya es un retoño, toca seguirla regando para que se convierta en un gran árbol de cambio para el país. En Mérida, como se comenta toca trabajar en las zonas rurales intensamente, la zona urbana de Mérida es opositora a ultranza desde el 2004, la labor debe hacerse con intensidad en el eje panamericano y en los pueblos del sur y del páramo. En Bolívar si se conocía del descontento creciente y vertiginoso, sobre todo por la destrucción sistemática de las empresas básicas por parte de la ineptitud del gobierno, pero la sorpresa electoral fue con el Estado Anzoátegui. Un Estado chavista según muchos así, será de patética la gestión de Tarek W. Saab que el otrora feudo del chavismo se volteó silenciosamente sin que nadie lo presintiera…
Hasta podemos estar de acuerdo lo que dijo el columnista Jorge Jacobs que no logró su propósito de mantener una mayoría calificada en la Asamblea Nacional, a pesar de utilizar todos las petrochequeras del Gobierno de Chávez para su campaña y los obstáculos legales y no tan legales que le puso a la oposición. Todavía controla la mayoría de la AN, pero ya no puede pasar las reformas a la Constitución que se le antojen como un simple trámite de sello. Una nueva etapa empieza el próximo año en Venezuela. Si la oposición aprendió la lección de los últimos años y logra mantenerse unida, probablemente estemos presenciando el inicio del fin de esa ilusión del socialismo del siglo XXI. La corrupción, inseguridad, pobreza, apagones y decrecimiento económico que se viven hoy en Venezuela, a pesar de contar con el poder absoluto y recursos casi ilimitados durante los últimos cinco años, lo único que demuestra es el fracaso de la utopía de Chávez. Y debe ser un ejemplo para todos los países latinoamericanos de lo que nos espera si seguimos esa ruta.
A lo que si debe tomar nota la MUD si quiere seguirle ganando al régimen es que debe llevar un perfil claro a sus dirigentes. Con una cordura apegada a sus principios, capaz de no doblegar sus criterios e ideas, ante los cogollos partidistas que se imponen al costo que sea cuando creen que tienen la facilidad de ganar, algunas elecciones venideras como las municipales en la elección de concejales y miembros de Juntas Parroquiales. Que allí deben elegir candidatos a través de primarias, mas no con las imposiciones partidistas que se reflejó en diferentes estados, allí el oficialismo triunfo por imposiciones cogollericas en la MUD. Vean el reflejo del Zulia cuántos votos dejó de ganar el PSUV por el empeño de Chávez de meternos a su compadre en cabeza de lista a Francisco Arias Cárdenas…
¿Quiénes son ahora los escuálidos? Es lo que hay que preguntarle a Hugo; son pocos aquellos que están con él, y cada día que pasa serán más pocos y una avalancha de votos los sacara del poder, si no; será nuestro creador quien se encarga de sus destinos.