El inicio del cambio
Inició el cambio político en Venezuela. El Mesías perdió la mayoría del apoyo popular. La magia carismática se deterioró después de una prolongada ineficiencia, como diría Giovanni Sartori. Chávez triunfó en las elecciones presidenciales del 2006 con el 63% del voto, ganó las elecciones regionales del 2008 con el 54% y ahora perdió las elecciones parlamentarias con el 48%, la tendencia es clara e inexorable, aunque por el nuevo sistema electoral y el rediseño de las circunscripciones electorales, impuestos unilateralmente por el chavismo, este mantuvo la mayoría en escaños, pero sin obtener la anhelada mayoría de las 2/3 partes. Chávez quiso transformar las elecciones en un plebiscito sobre su gobierno y fue el jefe de la campaña, participando ilegal y abusivamente en ella. La oposición democrática alcanzó casi el 52% de los votos, con escasos recursos y a pesar del descarado “ventajismo” del régimen, que utilizó masivamente y sin escrúpulos los fondos del Estado e intimidó a empleados públicos y a la prensa independiente. Ya en el referéndum constitucional del 2007, casi el 51% del electorado se había manifestado en contra de las reformas presentadas por Chávez. Sin embargo, en esa ocasión, la abstención fue muy elevada, superando el 45%, porque una buena parte del electorado chavista optó por manifestar su descontento con las reformas, quedándose en casa. En esta oportunidad, la abstención fue muy reducida (alrededor del 34%) para unas elecciones parlamentarias, por tanto mientras en el 2007, el chavismo seguía siendo mayoría y perdió porque una parte de sus militantes no fue a votar, ahora el chavismo es, por primera vez en once años, realmente minoritario. Lo interesante es que perdió votos en la mayor parte de los sectores populares, particularmente urbanos, por eso en la tramposa ley electoral hay una abusiva “sobrerepresentación” de las regiones rurales y despobladas, más dependientes del clientelismo estatal.
Hay un nuevo “juego” político en Venezuela. La Mesa de Unidad Democrática (MUD) presentó un frente unido, casi perfecto. La imperfección consistió en unas candidaturas de personalidades respetables, pero mal “aconsejadas”, que dispersaron estérilmente alrededor de 360.000 votos, haciendo perder por lo menos dos diputados (uno en la Asamblea y otro en el Parlatino). Hay que entender que frente a un régimen con vocación totalitaria no hay lugar para la dispersión. Además con este sistema electoral no hay espacio para terceros. El PPT, en el Estado Lara, obtuvo el 28% del voto y no logró ningún diputado. La alternativa democrática debe construir sobre la unidad lograda, perfeccionarla, corrigiendo errores y defectos, incorporando a los opositores que se quedaron fuera de la alianza, empezando por el PPT. Las cruciales elecciones presidenciales serán dentro de apenas 26 meses y, muy probablemente, habrá elecciones para Concejos Municipales en el medio. La MUD debe continuar a trabajar unitariamente. Hay que reglamentar, con urgencia, el proceso, y definir la fecha, de las elecciones primarias para elegir el candidato presidencial de la Unidad. Hay que empezar pronto una campaña para la inscripción de los jóvenes en el registro electoral y organizar una instancia unitaria de propaganda, para contrarrestar la intensa y “goebbelsiana”, propaganda ideológica del régimen, que está reescribiendo la historia y manipulando los mitos nacionales. En conclusión: En la Unidad todo, fuera de la Unidad nada.