Entre guerra y guachafita
Ciudadano Presidente de la República está usted consciente del grito de guerra que ha pronunciado contra los colombianos, mas allá que esa plaga es por aprendizaje histórico, pueblo maquiavélico; yo diría que por naturaleza. Me imagino que el alto mando militar le habrá pasado los respectivos informes para darle idea de nuestras ventajas en tecnología militar, los aliados posibles lejos y cercanos y sobre todo la moral de la tropa y del transeúnte, que somos la mayoría.
Sin pararle a los comentarios, que por este mismo medio me han endilgado de ser fascista, anti todo, racista y demás pendejadas de pequeño burgueses; le insisto en que coloque espías en el Zulia y el Táchira, en esos dos estados el Palacio de Nariño es fuerte con sus paracos y las tradiciones familiares de de los tachirenses y guajiros, con sus pares colombianos. Pero lo peor Presidente Chávez es ver un país sin identidad nacional, sin sentido de lo propio; y usted como militar sabe que por mucha tecnología no se gana una guerra sin hombres y mujeres con moral, pasión y capaces de hacerse hasta el harakiri por la patria.
De manera jocosa pero con mucho respeto le sugiero que en el caso del Zulia sus asesores militares, en caso de comenzar la guerra, designen un Batallón Especial, conformado por los chóferes de buses, microbuses, carritos por puestos y taxis de la entidad federal; personas que de la noche a la mañana se paran oyendo su Cacique de la Jungla y un Tal Celedone; pues bien a estos condenados se les colocará al frente en el combate pecho a pecho contra los colombianos. Ahora si no quiere que desaparezca lo poco que queda de la zulianidad, invadidos como estamos por más de un millón quinientos mil colombianos (corrobore con el INE), quienes dominan desde el comercio grande de la región, el secuestro y hasta las ventas menudas en informalidad; se impone hacer razzia, es decir, cada zuliano tiene la obligación de delatar al colombiano de la cuadra, para eso los consejos comunales le podrían ayudar; pero existe un problema Presidente: Los colombianos dominan gran parte de ese tipo de organización. Entonces de ser cierto o no que los guerrilleros colombianos tengan su guarida en el Zulia, se debe comisionar al ejército el bombardeo de éstos sin misericordia, pues, si usted suma la cantidad que le dije, más la experiencia criminal y guerrillera de paracos y barbudos, la verdad que nos la vamos a ver chiquita. Lo más probable es que los guillotinados seamos nosotros.
A toda esta presidente ¿Quién abrió la frontera? La constitución impulsada y sancionada por su Asamblea Nacional en una de sus disposiciones transitorias, la cuarta, aparte segunda, dice: Dentro del primer año, contado a partir de su instalación, la Asamblea Nacional aprobará: Una ley orgánica sobre refugiados o refugiadas y asilados y asiladas, acorde a los términos de esta Constitución y los tratados internacionales sobre la materia ratificados por Venezuela; ley sancionada en un santiamén, cosa que no ha sucedido por ejemplo con la Ley de Hacienda Pública Estadal. Grave situación entonces la de usted, por haber inundado el país del enemigo y ahora nos quiere lanzar a la guerra cuando estos se han apoderado hasta de nuestras mujeres; mientras el nativo sólo sabe mentarse la madre y agarrarse las nalgas. Pero el mal está hecho, lo real es que tenemos que enfrentar al enemigo.
Lastima que no pude tener formación militar, mi miopía fue causa para que no me aceptarán; no obstante, estoy dispuesto a los entrenamientos relámpagos, que de seguro los cubanos de Fidel nos darán a la ciudadanos de a pie. Y en esa, sin ánimo de asesor, lo primero que se debe hacer para enrolar a los jóvenes, es crear un militar romano en ellos, por lo que desde hoy se debe eliminar el rap y el regatón; como también la imagen del negro brujo con ojos sanguinolentos, que la publicidad oficial uso como prototipo para el ahorro energético. A través de todos los medios se debe promocionar una juventud aguerrida, para eso recrearse en los carteles del fascismo alemán nos vendría muy bien: Hombres y mujeres rebosantes, deseosos de luchar por su patria; pero el desconocimiento geográfico e histórico atenta contra nosotros.
Aquí esa juventud le puede decir en cual yate del puerto de Mallorca veranea Madona y su nueva adquisición, mas es misión imposible que le digan donde queda Paraguachòn, o cuantos kilómetros cuadrados nos han robado en las instancias judiciales y desviando ríos los vecinos de Santander. Por lo que sugiero que edite a través del Perro y La Rana, el libro de su amiguito José Vicente Rangel: Seguridad y defensa nacional, que puso el periodista en circulación por allá en los años setenta.
Yo por mi parte estoy dispuesto a uniformarme, recibir entrenamiento y morir o salvarme dignamente enfrentando al imperialismo colombiano; sólo que la masa no empuja, muchos barrigones, campeones en beber cerveza, ávidos de corrupción desde quien le vende unos frutas podridas hasta los negociados en la gestión pública. Recapitulo: No será mejor contratar mercenarios al estilo de Silvestre Stalone; si se ha dilapidado tantos dólares en regaladeras, botando comida a montón, internacionalizado las misiones, no es descabellado que contratemos a decenas de talismanes, sumarais, ranger de Texas y hasta escuadrones de la muerte, tipo los que hacían el trabajo sucio en Centroamérica contra los pobres; mientras los herederos de Bolívar siguen viendo sus telenovelas o las imágenes de su guerra, como si fuera la que el mundo presenció con la invasión gringa a Irak; haciéndose los Wilimeis, síntesis de la viveza criolla.
El cínico de Uribe lo denuncia a usted de acogedor de guerrilleros; cierto o no, con tantos colombianos diseminados por nuestra geografía nacional, uno no sabe quien es quien; pero lo que si es evidente es que estamos sembrados de paracos. Al profesor Girafalde, que es su Ministro de Relaciones Exteriores se le encomienda presentar pruebas en la Organización de Estados Americanos (OEA), de los paramilitares colombianos asentados en el Zulia y el Táchira. Una investigación con muestra específica sería arrestar a todos los colombianos antioqueños, que se han apoderado de los locales de la Avenida Libertador, de la ciudad de Maracaibo; esa gente tiene mucha información que podría delatar hasta al Sultán del Zulia en el Perú, el magnate Manuel Rosales, alías Piro Piro.
Se me viene una idea de solución: Sean sus amigos o no, usted le entrega los guerrilleros a Uribe y el gobierno bolivariano le envía como agregado todos los paracos que tienen su asiento en nuestro país; y el impasse de guerra podría por los momentos calmarse, se harìa un encuentro con pañuelo en mano entre usted y el nuevo presidente del Colombia, El santo; èste en aras de la amistad le entregarìa a Pedro Carmona Estanca, quien al cantar todo lo que sabe de su presidencia breve; lo elevarà a usted a la estratosfera en aceptación popular. La otra tarea de envergadura nacional es hacer un censo riguroso, respetando la dignidad humana de tanto colombiano indocumentado y documentado fraudulentamente, con miras a devolvérselo al Palacio de NARIÑO. Gran labor de patria nos haría usted Presidente, todos sus errores desaparecerían cual milagro y hasta vuelve a tener mayoría segura en la Asamblea Nacional.
Nota: Editar y regalar con carácter obligatorio de lectura los libros de los eximios venezolanos Pablo Ojer, Pedro Peña y Antonio Echeverria en torno al problema limítrofe colombo-venezolano. Para mayor efectividad sacar de circulación el encartado Debate Socialista y en sustitución buscar el asesoramiento de cartógrafos e historiadores, que en conjunto con publicistas, diseñen un formato de lectura donde se resalte el despojo del territorio nacional por parte del Palacio de Nariño; de seguro que todos los periódicos nacionales, regionales, locales y hasta digitales se arrimarían a esta propuesta y aceptarán su distribución gratuita en aras de la patria que los parió.