Urosa no miente
Los insultos del presidente Hugo Chávez a Su Eminencia el Cardenal Jorge Urosa tienen su explicación en que el cardenal ha dicho verdades como un templo.
Que el socialismo proclamado por Chávez es marxista, que su proyecto autoritario pretende someter a los ciudadanos, acabar con la autonomía de los otros poderes y colocar a las FAN bajo su voluntad y mando. Que el proceso estatizador intenta controlar la producción y el comercio de bienes y servicios, y que las leyes recientemente aprobadas se dirigen a centralizar todo el poder en su persona, son señales inequívocas de lo señalado por el máximo prelado de la iglesia Católica.
Todo lo anterior lleva a la conclusión que Chávez, el presidente, de un grupo cada vez menor de venezolanos, se encamina a convertirse en dictador vitalicio por caminos tortuosos e inconstitucionales. El fin último es tener todo el poder mientras viva. De ahí que hable de estar en el poder treinta años más.
El socialismo marxista mejor conocido como comunista por haber sido impuesto en varios países es el único sistema hoy en día que permite, a narcisistas autoritarios a lo Chávez, mantenerse en el poder indefinidamente. De ahí que se proponga implantarlo en Venezuela.
Todo el que se oponga a su proyecto es insultado, sometido al escarnio público y calificado como traidor y golpista. De ahí que el Cardenal Urosa no haya sido exceptuado, incluso dada su alta investidura eclesiástica, a tan graves calumnias.
Que Chávez haya aprovechado el solemne acto conmemorativo de la independencia nacional, ante la presencia del cuerpo diplomático acreditado en el país, para ser insolente, habla muy mal de quien por desgracia patria ostenta la jefatura del estado. De ahí que no pueda exigir respeto de los ciudadanos.
El pueblo venezolano, mayoritariamente cristiano católico tiene el deber de luchar por la libertad siguiendo el digno ejemplo que nos diera el cardenal que no miente.