Oswaldo ¿el duende que camina?
El inefable comandante-presidente calificó, el domingo pasado, al Dr. Oswaldo Álvarez Paz, como cadáver ambulante, demasiado parecido al “cadáver insepulto” que un político y estadista de verdad –me refiero, claro está, a Rómulo Betancourt- le endilgara con muy mala fortuna a su amigo entrañable Jóvito Villalba, en vísperas de las elecciones de 1978. Pero en todo caso nos conformaríamos con que Chávez elimine su coprolalia, nadie le exige que sea “original” basta con que se exprese con la forzada urbanidad que es imperativo exigirle a un Presidente de la República.
Lo interesante es que parece que al comandante, el fantasma le quita el sueño, el susodicho imaginó que OAP –como han hecho tantos- tomaría las de Villadiego, olvidó que el muchacho no es pataruco tiene un sólido background de adecos peleadores, y se inspiró en copeyanos de vívida estamina como Edecio La Riva Araujo y Patrocinio Peñuela Ruiz, no corrió, se quedó aquí y encarna, como ningún otro hoy, la voluntad de lucha y resistencia de la Venezuela democrática. El úkase (decreto) del führer de pacotilla a sus obsequiosos jueces ordenándoles la detención y el fantochesco proceso contra el ex gobernador y candidato presidencial de 1993, tenía por objeto todo menos proveer a la oposición de un líder idóneo para aglutinar el mayoritario sentimiento democrático del país. Pero lo logró.
Venezuela está cansada de irresponsables habladores de pendejadas (utilicemos la licencia que nos otorgó el Dr. Uslar Pietri), de dirigentes que se expresan del próximo proceso electoral como si este fuese a tener lugar en Suiza o en Colombia, es decir en un país democrático y no tienen la obligada precaución de recordarle al colectivo la necesaria disposición de defender sus votos ante un Consejo Nacional Electoral, totalmente integrado por adeptos al régimen, con un “registro electoral permanente” obviamente trucado y sin observadores internacionales confiables. No cumplir con esa obligación es –a mi juicio– una negligencia criminal, estoy convencido que los venezolanos no nos conformaremos con unas diputaciones “otorgadas” como premio de consolación por las colaboraciones prestadas…
Las elecciones del 26 de septiembre las ganaría, en cualquier país del mundo, la oposición, el que estas sean percibidas como un albur se debe a que todos sabemos que tenemos enfrente una cáfila de tahúres, capaces de toda tropelía, y debemos estar concientes de ello, no para no votar, sino para votar masivamente y exigir sin titubeos que se respete nuestra voluntad expresada en las urnas electorales. Esto no da mas, es la destrucción de la República lo que está en juego, la democracia de todas formas habrá que reconstruirla. La República y hasta el gentilicio están en juego.
El “duende que camina” como el fantasma de las comiquitas, hará de los piratas y traficantes que nos desgobiernan su Némesis, siempre lo han sido. Adelante…