El mercenario de piedra: Oliver Stone
Todos los dictadores han tenido su legión de adulantes, bufones, artistas, masoquistas, intelectuales y aprovechadores. Chávez no ha sido la excepción, como lo atestiguan Ignacio Ramonet, Don King, Danny Glover, Mark Weisbrot, Sean Penn, Roy Carson y otros. Chávez ha tenido, inclusive, su equipito de modestos intelectuales criollos, como Earle Herrera, Luis Britto García, Roberto Hernández Montoya y hasta “poetas” como Isaías y Tarek.
Hitler encontró su Wilhem Furtwangler, Mussolini su Ezra Pound y su pintor Gerardo Dottori, Stalin su Shostakovich y su pintor Giorgi Rubljev (ver lienzos arriba). Gómez tuvo su Gil Fortoul y Pérez Jiménez su bondadoso y débil Manuél Rodríguez Cárdenas.
Ahora Chávez parece haber encontrado a su Leni Riefensthal en Oliver Stone.
Cuando la talentosa cineasta nazi Riefensthal oyó por primera vez a Adolfo Hitler le pareció tener: » una visión apocalíptica que nunca pude olvidar. Fue como si la Tierra se extendiera ante mis ojos, como un hemisferio que se abría subitamente y dejaba escapar una inmensa pluma de agua tan poderosa que tocó el cielo y conmovió la tierra”. Palabras que nos recuerdan a Carlos Escarrá y su teoría del cosmos girando en torno a Chávez. La mujer produjo documentales tecnicamente excelentes, tales como “El triunfo de la Voluntad”, nombre dado por Hitler a un film que lo glorifica de la manera más rastrera.
Ahora Oliver Stone (o Stoned?) nos habla de Chávez de manera igualmente entusiasta: “Es un soldado de corazón…. habla desde el corazón…morirá con las botas puestas (de acuerdo, las de correr)… es un toro… su visión es enorme… es otro Bolívar… ha crecido enormente..” El pétreo Oliver está en Caracas presentando un documental que glorifica a Chávez de manera desvergonzada, tal y como lo hizo con Fidel Castro y le propuso hacerlo a Ahmadinejad (quien lo mndó bien lejos a laverse ese paltó).
Estas palabras y la obra de stone nos cuestan algunos millones de dólares. El apoyo de Danny Glover a Chávez nos sale por $18 millones. Quien sabe cuanto nos cuesta ya lo de Joseph Kennedey en USA. Los mercenarios no dicen nada bueno gratis.
En el mundo siempre habrá quien baile al son del dinero. Como dice el proverbio: Por la plata baila el perro.