Como en Cuba
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Ya viene la estatua de Fidel, verdadero amo del petróleo, de las cárceles, de la soberanía
Si algo tiene esta revolución digno de reconocimiento es su inmensa capacidad para crear e inventar nombres, estampar eslogans, rebautizar instituciones y hacer ver como nuevo algo que tiene muchos años de construido y funcionando.
Lo malo es que el engendro socialista naciente será irremediablemente un fracaso, como lo demuestra la historia reciente. A la cubana.
La estrategia chavista de dinamitar las formas prerevolucionarias y penetrar las instituciones para aprovecharlas en beneficio propio y de todo los que rodean al jefe, el cogollo del golpe de 1992 y los civiles asimilados.
TSJ, CNE, AN, CICPC, SIAME, República Bolivariana de Venezuela, Saime o Sebin son apenas algunos ejemplos. Pero ¿qué diferencia puede haber entre la vieja Onidex y esta tal Saime o la antigua DIM y esta Sebin? Nada. Logo nuevo, apenas. Y esa retahíla de ministerios MinPopo… ¿acaso han significado algo en términos de resultados? Diosdado Cabello, que se ha paseado por varios popos de esos, ha sido vicepresidente y gobernador, es un ejemplo ambulante de cómo la incapacidad no es disimulable con un cambio de nombre ministerial. ¿Cuántas casas de más ha construido Chávez o Diosdado Cabello a cuenta de MinPoPo?
¿Cuánto ha disminuido la criminalidad y el delito a cuenta de Policía Nacional o CICPC? ¿Cuántas más vacas andan en plan lechero a cuenta de MinPopo agrario? Nada. Lo de los nombres es otra cubanada y la estrategia también. Ya es imposible ocultar la mano de Cuba en el manejo del país. Y, además de la ridícula e inútil cambiadera de nombres, con Cuba viene pegada la línea antiestadounidense y toda la pavosería del discurso castrista, ahora chavista, de los años 50 y 60. Incluido el tonito. ¡Eeeehhhh!
En breve los estados pasarán a ser provincias, como en Cuba. Muy poco para que sector privado termine de morir, como en Cuba. Los consejos comunales muestran su nariz, como en Cuba. Los presos políticos no ven una con la justicia, como en Cuba. El Banco Central es del líder, como en Cuba. Todo lo decide una persona, líder eterno e insustituible, como en Cuba. Todo es verde oliva y militar, como en Cuba.
Los medios de comunicación privado sobran, como en Cuba. La palabra expropiación o nacionalización está a tiro de micrófono, como en Cuba. El insulto y la amenaza es parte del guión oficial, como en Cuba. El narcisismo y el personalísimo son la esencia del régimen, como en Cuba. La adulación pierde la pena, como en Cuba. Afiches, vallas y mucha propaganda exaltan el caudillo, como en Cuba. En poco tiempo vendrán las estatuas y los bustos, como en Cuba. Y nuevos ricos revolucionarios.
Sí. Como en Cuba.