Carta de Diego Arria
Niños inocentes de la maldad que cometen sus padres que como buenos malandros no les importa enseñarles como se saquea y roba lo ajeno.
Culpo nuevamente- y solo- al teniente coronel Hugo Chávez Frías- por dar
ordenes perversas de enseñar a niños venezolanos inocentes las ventajas de
saquear robar y abusar. Y de odiar sin causa.
El jefe del Estado está dando otra vez una cátedra de malandrería fuera de
exhibir el odio que siente por mí y mi esposa y mi familia propietarios de La Carolina.
La verdad es que me apena mucho por su hija inocente- de edad similar a mis
hijitas Manuela y Camila- que vean la hipocresía la maldad y la perversidad
de su progenitor que en un acto de cobardía se regocija tirando a la calle a
trabajadores venezolanos. Para tirar en una piscina a inocentes criaturas y
sentirse generoso con el pueblo -que verán es la principal víctima de este
régimen grosero militarizado y unipersonal
El teniente coronel una vez más demuestra su falsedad. El mundo entero sabe ya como vive el su familia, sus jerarcas, sus asociados y sus chaviburgueses. Todos eran pobres y como ahora son muy ricos deberían saber lo que es ser pobre y no usarlos para meterlos en una piscina y enseñarlos y a ser ladrones de lo ajeno. Se habrán enriquecido pero son de una pobreza de espíritu de dignidad lamentable y condenable.
La capillita de la finca tiene el nombre de mi difunta hija Carolina. Espero no se hayan robado las imágenes como se han ya robado nuestra ropa, mobiliario, cuadros, fotos y recuerdos familiares. Ya se robaron cuatro caballos y parece comienzan a regalar las vacas y caballos de paso. Ya terminaron de saquear la Bodeguita.
Es verdad Señor Teniente Coronel Chavez Frias que para recuperar nuestra
propiedad y los trabajos de nuestro personal hay que tumbarle. No tengo dudas que los ciudadanos de este país le cobraran su alevosa y cobarde acción. Tiene a miles de madres llorando en toda Venezuela por haberle usted despojado de sus bienes y de hacerles perder su trabajo.
Hay hombres que crecen en el poder y otros que se inflan. Usted, por supuesto, pertenece a esta última clase. Se ceba en el poder.
Su capacidad de odio es solo comparable a su cobardia. Dios quiera que sus hijos crezcan como los míos sin odios sin resentimientos sin complejos-y que en nada se parezcan a usted; convertido en el anti modelo del venezolano, del padre, del marido, del hijo, del hermano, del amigo y, por supuesto, del patriota.
Diego, Maria Eugenia, Karina, Camila y Manuela Arria Maury
Propietarios de la Hacienda La Carolina