La espiral armamentista
El teniente coronel presidente se ha lanzado en una espiral armamentista sin precedentes. Acaba de reconocerlo públicamente: “Nosotros sí nos estamos equipando. Es verdad y nos seguirnos equipando para colocarnos en un nivel de apresto operacional” Para justificarlo recurre al argumento de que Estados Unidos ha impuesto un embargo a la venta a Venezuela de armas. “Estados Unidos quiere impedir que tengamos unos barquitos y unos avioncitos. Bueno, no importa, los compraremos en China o en Rusia».
Lo que pasa es que no se trata de “barquitos y avioncitos”
A Rusia ya le ha comprado 100.000 fusiles Kaláshnikov AK-103, 24 cazas polivalentes Su-30MK2, 38 helicópteros Mi-17B-5, 10 Mi-35M y 3 Mi-26T, miles de cohete Iglas-S, lanzacohetes RPG-7 (justamente, en el desfile militar del 19 de abril del año pasado, participó una unidad equipada con lanzadores portátiles de misiles IGLA-S- capaces de derribar un blanco aéreo a 6 kilómetros de altura. Además, según el Embajador Ruso en Caracas está avanzando el montaje de una planta de fabricación de fusiles Kaláshnikov y sus de municiones. Según fuentes rusas, el teniente coronel presidente comprará también 3 submarinos diesel de la clase Varshavianka, 92 tanques T-72, varias decenas de blindados BMP-3, 10 helicópteros de combate Mi-28N, aviones de patrulla Il-114, lanzaderas de misiles de bocas múltiples Smerch y sistemas de defensa aérea S-300PMU-2 Favorit, Antey-2500 y Tor-M2E. Adicionalmente estaría interesado en comprar lanchas de patrulla Mirazh, lanchas de desembarco Murena-E y sistemas móviles de artillería costera capaces de alcanzar objetivos a una distancia de 130 kilómetros. También contempla adquirir varias decenas de aviones militares de transporte An-148, y 5 mil fusiles de francotirador Dragunov. Para completar, está en estudio la creación de una empresa ruso-venezolana para instalar un astillero donde se construirán navíos de guerra.
El valor total de las compras de armas a Rusia asciende ya a la bicoca de 9.400 millones de dólares.
A eso hay que sumar la compra a España de 10 aviones de transporte C-295 y dos de vigilancia marítima CN-235, 4 buques patrulleros costeros y 4 corbetas por un valor de 2.400 millones de dólares.
A esta lista de mercado hay que agregar 18 aviones de combate chinos K-98W de los cuales el primer lote de seis se encuentra ya en Venezuela. El valor de esta última compra no ha sido revelado.
Todo esto ha generado justificada preocupación nacional e internacional. Muchas voces se han levantado para denunciar la carrera armamentista que ha emprendido el mandante de Miraflores.
También son muchas las preguntas que inevitablemente suscita esta alocada espiral armamentista, ¿Necesita Venezuela esas armas? ¿Para qué sirven si la fuerza armada está siendo desmantelada y sustituida con una milicia que sólo responde a las órdenes del comandante presidente”? ¿Contra quién se batiría Venezuela con esas armas?
En una oportunidad el teniente coronel presidente dijo: “Como a Venezuela la vamos a convertir en una potencia, requiere la capacidad de defensa”
El general responsable del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada venezolana dijo en una ocasión: “Venezuela seguirá comprando armas para tener la suficiente fortaleza a la hora de defender su territorio y proteger el petróleo de países como Estados Unidos”
¿Hablaba en serio ese general? ¿Creen realmente él y su jefe supremo que Estados Unidos tiene intención de agredir a Venezuela? En el supuesto negado y descartado de que ocurriera, tendría la FA “suficiente fortaleza” para proteger nuestro país?
Estoy seguro de que la totalidad de los venezolanos (salvo quizá, no todos, los cachorros incondicionales del mandante del mandante de Miraflores) repudiamos que se gaste ese dineral en comprar armas cuando el país se hunde en la miseria, en la debacle económica y en el deterioro físico.
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