Las cartas sobre la mesa
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La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -pese a su lentitud, fallas comunicacionales y desavenencias electoralistas- representa aún para la mayoría del pueblo, la principal referencia política democrática de cara a las próximas elecciones parlamentarias del 26 de Septiembre. Sin embargo, este mes de Abril se apunta como definitivo para la conformación de plataforma unitaria; pues mientras más transcurra el tiempo, sin definiciones categóricas, la credibilidad de la MUD puede complicarse y con ella, la posibilidad real de reconquistar un espacio político significativo y estratégico en la Asamblea Nacional.
Nadie duda que, estructurar una plataforma con intereses y visiones democráticamente disímiles resulte casi una proeza. Mucho más, ante la altísima sensibilidad electoral que manifiestan los pre-candidatos participantes. En realidad y, aunque no se reconozca, en la elaboración de los acuerdos de la MUD han incidido (de manera directa o semi-directa) distintos factores políticos, económicos y sociales. Así, además de los partidos políticos, empresarios, opinadores y medios de comunicación social, organizaciones no gubernamentales y representantes de gremios y sindicatos; también se han expresado voceros de sectores como: las mujeres, el movimiento estudiantil y los presos políticos. Esta cualidad podría determinar que la plancha de la unidad recoja una amplia vocería de los factores políticos y movimientos sociales del país; lo cual sería muy positivo y atractivo, electoralmente.
Por supuesto que, en una mesa política, diversa y plural, donde se realicen negociaciones y acuerdos, siempre habrá descontento; descontento que a veces es justificado y otras veces no tanto. Pero en todo caso, ese desencuentro forma parte del hecho político y hasta se convierte en un elemento dinamizador del mismo. Es por ello que, hemos visto con alguna frecuencia a líderes políticos de la oposición que atacan mediáticamente a las decisiones de la MUD; pero luego corren a ocupar su puesto en ella. Esos líderes saben que romper con los acuerdos de la Mesa de la Unidad significaría su “suicidio político”.
Si algo ha tenido positivo la MUD ha sido el establecimiento de reglas de juego para todos, desde el mes de Noviembre del 2009. Cabe agregar que, dichas reglas de juego fueron aprobadas por todos los factores participantes. En tal sentido, nos parece por lo menos pintoresco que algunos precandidatos traten de saltar esas normas desconociendo las condiciones pre-establecidas para determinados circuitos, por el solo hecho que ahora no le resultan convenientes para sus aspiraciones individuales.
Un aspecto que percibimos a menudo y que no deja de preocuparnos es la excesiva tendencia a la figuración individual de ciertos candidatos; cuando en realidad el país y el electorado no anda buscando “superhéroes parlamentarios”; sino más bien gente que esté dispuesta a trabajar en equipo por la democracia y la calidad de vida del pueblo. Uno de las causas de este fenómeno, quizás radique en la debilidad de los partidos; a las cuales les falta ciertamente recorrer un buen trecho para consolidarse de nuevo, como medios de participación política popular. Es por ello que, las organizaciones más fuertes de la alianza Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo; entre otras, deben esforzarse en consolidar un eje coordinador de la actividad de los futuros candidatos de la plataforma unitaria. El tema programático y el trabajo en equipo deben predominar sobre el individualismo. Los pre-candidatos que no miren más allá de su entorno individual están condenados al fracaso.
La MUD logró estructurar una excelente propuesta programática, que aún es poco conocida. Esa propuesta programática parlamentaria está articulada en cinco componentes; a saber: reconciliar al país y fortalecer la institucionalidad democrática, vigorizar y remozar el Poder Público, construir una sociedad productiva y de progreso, mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y, proyectar y promover confianza, respeto y prosperidad en el mundo. Pero también esa propuesta programática parlamentaria debería servir como eje articulador de la futura campaña y gestión de los candidatos (y muy probables diputados) de la alternativa democrática. Por otra parte, el enorme esfuerzo tecno-político que se ha venido realizando desde la MUD tiene que ser difundido a toda la población venezolana, como muestra de que es posible diseñar una agenda programática para construir legislativamente una Venezuela distinta, una Venezuela mejor.
Y es que una de las dificultades más notorias de la MUD, es precisamente su muy baja capacidad para difundir y dar a conocer sus actividades. En amplios sectores de la población se reclama información oportuna sobre los avances electorales, organizativos y programáticos que se vayan logrando. Por supuesto y perfectamente comprensible, que a veces resulta difícil atender comunicacionalmente distintos eventos; pero la MUD debe entender y asumir que es el principal vocero colectivo de un sector que requiere constante coordinación informativa. Un aspecto crucial que requerirá un notable esfuerzo informativo será la organización y realización de las primarias en los circuitos seleccionados. De la adecuada transmisión de la información a los potenciales electores, dependerá mucho el mensaje final de transparencia y eficacia política que llegue al resto del pueblo venezolano.
Este mes de Abril parece definitivo para concluir la construcción de la plataforma unitaria democrática; tanto por la realización de las primarias como por los acuerdos entre los factores de la alianza. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) con la flexibilidad requerida; pero con la firmeza necesaria por las circunstancias, debe consolidar la estructuración de las opciones electorales del sector democrático del país. Pero también todos aquellos venezolanos que creen en el cambio, tienen la obligación de incorporarse y participar en el esfuerzo político, económico y social de reconstruir la democracia venezolana.