Ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario
El lenguaje sexista del chavismo, contraviniendo las reglas más elementales del idioma, crea confusiones que a veces mueven a risa. Ese lenguaje sexista del chavismo, en un afán de parecer novedosos y promotores de la igualdad de derechos entre los géneros, da origen a frases ridículas que o bien confunden a lectores u oyentes o dan lugar a que con razón uno deje volar la imaginación. Y es que con inusitada perseverancia tanto el Iluminado como sus seguidores se refieren a los venezolanos, separándolos en dos grupos, casi antagónicos, «venezolanos» y «venezolanas», «ciudadanos» y «ciudadanas», «electores» y «electoras», «diputadas» y «diputados» o «candidatos» y «candidatas», etc.
Efectivamente hay diferencias entre varones y hembras. Casi todos conocemos las diferencias. Y tanto hombres como mujeres las celebramos y disfrutamos. Son precisamente esas diferencias las que unen con más fuerza y pasión a varones y hembras. Pero como en la viña del Señor hay de todo, hay quienes no disfrutan ni celebran esas diferencias, sino todo lo contrario, como diría el hombre de Rubio.
Parece que el espíritu del lenguaje de las focas del chavismo y del mismísimo Iluminado, es enfrentar a varones y hembras, convertir la relación entre los dos géneros en una relación adversaria. Actitud que parece ser el producto de una rabiosa «heterofobia». En efecto, así como existe la «homofobia», que es el rechazo, la intolerancia y la discriminación contra los homosexuales, pareciera que el liderazgo chavista estimula o está afectado por una «heterofobia aguda», que podemos definir como la intolerancia, el rechazo y la discriminación contra los «heterosexuales».
Dentro de este cuadro, el pasado jueves 11 de marzo uno de los pilares fundamentales régimen hizo una sorprendente declaración, que la prensa recogió así:
«La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, afirmó hoy que cualquier venezolano que cumpla con los requisitos plasmados en la ley la ley puede postularse como candidato o candidata a las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre»
Me llamó la atención esta declaración, porque con la fidelidad y perseverancia con que todos los chavistas usan su lenguaje sexista, cuando se refieren a «venezolano», se refieren a los nacionales de sexo masculino o aparentemente masculino. Y me alarmó que la Tibisay dijera, que todo «venezolano» se puede postular bien como «candidato», que sería lo normal, o como «candidata«, es decir para ser «diputada» lo que ya tiene otras implicaciones. Y ahí se le salió una rueda a la bicicleta. Y me empecé a preguntar, ¿Cómo es esa vaina de que un «tipo» se pueda postular como «tipa», como «candidata» a «diputada»? Reconozco que uno se está poniendo aceleradamente viejo, pero en mis tiempos les hubieran dicho maricones. ¿O será que ese es el «Hombre Nuevo» del que habla el Iluminado?. Yo paso y gano.
Pasé varias horas tratando de desentrañar el mensaje de la «electora de Miraflores». Y al fin entendí. Como ahora hay que postular igual numero de candidatos y candidatas, ella estaba abriendo la puerta para que quien en el chavismo no pueda ser postulado como «candidato», se postule como «candidata». O para que si en algún circuito el chavismo no tiene suficientes «candidatas» llenar los puestos con «candidatos» que se postulen como «candidatas». Esto es todo un trabalengua. La verdad es que la cosa me dió mucha risa. !! Coño y no es para menos !!.
Pero después, analizando la cosa en serio, llegué a la conclusión de que esa posibilidad de postularse como «candidata» en lugar de «candidato» era injusta y evidentemente parcializada a favor del más selecto grupo de focas o focos que rodea al Iluminado. Porque, a pesar de ser chavistas, estoy seguro de que hay muchos que no aceptarían ser «candidata» ni de casualidad. La raya sería para siempre, aunque a lo mejor después lo nombran embajador en la OEA. Pero la proposición de Tibisay le multiplica por dos las posibilidades de postularse a más de una de las joyas de la corona, incluidos algunos embajadores, gobernadores y ministros.
¿Será que Tibisay se enredó con lo de venezolano, venezolana, candidato o candidata? ¿O será que es una jodedora aspirante a destronar al Conde del Guácharo?
Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario.