La cerca contra sapos y culebras
La dictadura comunista cubana creó los consejos populares, a inicios de los 90, para ejercer el control social directo sobre los habitantes de ciudades, barrios, poblados y zonas rurales (Art. 6-Ley Nº 91), con el objeto de evitar la rebelión del pueblo a causa de la profunda recesión sufrida cuando cayó la Unión Soviética, que agravó el estado permanente de pobreza propio del comunismo. A tal fin convirtió a los comunistas del lugar en represores de sus vecinos para sofocar de raíz las protestas. Convertida Venezuela en un protectorado de Cuba, Fidel Castro ha dado instrucciones al gobierno títere que tiene aquí, para trasplantar la experiencia cubana ante el peligro de una rebelión popular con motivo de la depresión económica y de la crisis general de los servicios públicos. Por ello han sido reactivados los consejos comunales mediante una ley cubana puesta en vigencia en Venezuela. Es la Ley Orgánica de los Consejos Comunales. A diferencia de Cuba aquí los comunistas tropiezan con un obstáculo para obtener el mismo resultado. Lo constituimos los demócratas que no nos hemos ido del país, que por cierto integramos el 85% de los venezolanos que está contra la implantación del comunismo y contra la sumisión a Cuba, el mayor agravio a la dignidad nacional y a la memoria de los libertadores en el bicentenario de su gesta. Esta mayoría democrática puede provocar el efecto contrario si asume la tarea de controlar los consejos comunales, o por lo menos neutralizarlos, movilizándose para ello en cada urbanización o barrio con presencia masiva en las asambleas de ciudadanos. De hacerlo, los consejos comunales servirán de muro de contención del malandraje comunista y luego, cuando estén creadas las condiciones, serán actores decisivos en la rebelión contra el comunismo y contra Cuba. ¿Qué pasa si usted, que me está leyendo, no se moviliza con su familia y sus vecinos demócratas, para la elección y control permanente del Consejo Comunal de su urbanización o barrio? Voy a decírselo. El Consejo Comunal estará constituido por sapos y culebras. ¿Quiénes son los sapos? Son los soplones que informarán a la policía política (DISIP Y DIM) sobre su vida privada, sus actividades económicas y sociales, sus reuniones y las visitas que reciba. Para ello la DISIP está dictando cursos para sapos de los consejos comunales. Desde luego, no se llaman así. Los comunistas adornan la mayor bajeza humana, que es la del delator de parientes y amigos, con un nombre bonito: inteligencia social. Donde usted vea esta palabra tradúzcala por “sapeo”. ¿Qué otra cosa puede enseñar la DISIP? ¿Quiénes son las culebras? Hay tres tipos de culebras en el serpentario comunista venezolano. Primero están los “malandros”. A ellos se les concede impunidad a cambio de servir de brigadas de choque. Un ejemplo: las bandas armadas que agredieron físicamente a los estudiantes de la UCAB, las cuales se presentaron como consejos comunales de Antímano. Luego están los resentidos sociales azuzados por el odio de clase que se les cultiva. Son unos pobres diablos cuya frustración los lleva a los insultos contra todo el que sabe leer y escribir. Un ejemplo: los apostados permanentemente en la Plaza Bolívar y frente a la Fiscalía General, que imitan a los agresores de las Damas de Blanco en La Habana. No se sorprenda si le ponen un piquete de resentidos a la puerta de su casa para insultar a usted y su familia como hacen en Cuba y hacían en China durante la revolución cultural. Y, por último, están las boas. Son los ricachones del comunismo, buchones por el saqueo a la Nación, que hacen lo que sea para que no les quiten la teta que están chupando. Así como ponemos rejas y casetas de vigilancia para protegernos de los delincuentes comunes, debemos levantar una cerca contra sapos y culebras. La cerca será un consejo comunal dominado por los demócratas. Tengamos presente que de victorias pequeñas está jalonado el camino a la grande y definitiva.