Millardos, millones, miles
Siete millones de consultas medicas mensuales en más de cinco mil centros de Barrio Adentro, ciento veinte millones de bombillos ahorradores, veinte millones de vacunas para prevenir catorce enfermedades en el reimpulso de la misión vacuna, cuatro millones de operados de la vista por la misión milagro, tres millones de estudiantes de educación superior en las universidades que ha creado el gobierno, un millón de favorecidos por la misión Negra Hipólita, dos millones de alfabetizados, mil millones de dólares para repotenciar el plan eléctrico nacional, un millón de casas en construcción, tres millones doscientos mil barriles diarios de petróleo extraído del suelo patrio, siete millones de militantes en el partido de gobierno, diez millones de votos, tres millones de celulares vergatarios, cien mil carros iraníes producidos en el país, un millón de bicicletas para el pueblo, doscientas mil computadoras producidas en Venezuela, un millón de fusiles rusos, dos millones de milicianos para cuidar al pueblo de la posible rebelión de los escuálidos, diez y ocho mil muertos producto de la violencia, un millardito para invertir en el agro. Dos millones de reses para ordeño, dos millones de vatios de energía termoeléctrica, un millón de kilos de café para exportar a todo el mundo, setecientos millones de metros cúbicos de gas natural para vender a toda Suramérica por un gasoducto de catorce mil kilómetros de largo, doce mil millones de dólares de las reservas para combatir los efectos de la crisis mundial, de la cual estamos blindados, veintidós mil metros de una nueva autopista alterna entre Caracas y la Guaira, para no depender solamente de la que construyó el otro comandante presidente en los años cincuenta, doscientos millones de dólares para ayudar a Bolivia y ciento cincuenta millones de dólares para hacer lo propio con Nicaragua, que no son nada comparados con los sopotocientos millones de dólares que le hemos enviado, prestado, regalado, pagado y condonado a la isla de Cuba.
Dos mil cuatrocientos metros cúbicos por segundo de agua para seguir turbinando los nueve mil megavatios que acabarán con el agua de Guri para poder tapar la falta de los seis mil megavatios que no preparó para que no pasáramos por esta emergencia energética. Cientos de miles de toneladas de importaciones de azúcar, caraotas, pollo, carne vacuna y otras necesidades alimenticias para que los más de veinticinco millones de venezolanos no tengamos que comernos un cable por la falta de producción de las miles y miles de hectáreas que han expropiado para que no produzcan nada.
Seis mil colegios bolivarianos que atenderían a un millón de niños bajo el plan simoncito, para atender también a un millón de mujeres preñadas, fantasía que nos vendió Aristóbulo, para atender a un millón de mujeres preñadas hace más de mil quinientos días.
Más de siete millones de personas esperando el mes de septiembre para empujarle por el pecho siete millones de votos en contra que lo dejarán mirando un millón de estrellas.
