Opinión Nacional

El desesperado reencuentro de las focas

Dijimos, que para iniciar un Año Nuevo nada mejor que recibirlo con el anhelo de sentirnos conmocionados por el disfrute de la paz, de la alegría y de la felicidad, ya que veíamos el 2013 pleno de esperanzas, pero lo condicionamos, a que la sindéresis colmara la mente de los “elegidos”, para que aparten de sus mentes el odio, la envidia y la destemplanza, que han centrado en un desquite transformado en venganza y lucha fratricida, todo lo contrario al Evangelio de la cristiandad, que nos orienta a “amar al prójimo como a si mismo”. Siempre pensando, que la crítica situación creada en el “chavismo” al enfrentar los avatares de la realidad humana del presidente Chávez, su único cerebro pensante y decisor, pudiera hacerles entender que todos somos venezolanos, que vivimos en el mismo país, y que la política, arma del cambio social, vacila entre esos avatares humanos y nos obligan a entender la realidad y a proceder al cambio, para no caer en la constante del fracaso. Pero al no entender la fragilidad de su pensamiento político, guiado por una ideología que ha demostrado ser irreal, se han aferrado al equívoco de que son “la voz del pueblo”, con cuyo poder tientan con desespero la reversión del fracaso. Fue el sello impreso en la AN el 5 de enero.

Sabemos que existen en la Asamblea Nacional intelectuales con talla, pero la mayoría son comodones con camisa roja, que quieren demostrar su tendencia “izquierdista”, levantando la mano izquierda, e insisten, sin demostrar el engaño de sus electores, que son los representantes de la mayoría del pueblo, ocultando el carácter ilusorio de la democracia burguesa denunciada por Juan Jacobo Rousseau en el siglo XVIII, quien dijo: «El pueblo inglés piensa ser libre, sin embargo se engaña totalmente. Es libre solamente durante la elección de los miembros del Parlamento; después que éstos son electos es esclavo, no es nada. La soberanía no puede ser representada; ella consiste esencialmente en la voluntad general y la voluntad no se representa. Es ella misma o es otra cosa: no hay término medio». Por ello, cuando niegan la representación, cada vez mayor de la Oposición de ese pueblo, lo único que demuestran es su tendencia a disfrutar del engaño, y al ejercicio del poder dictarorial “chavista”. Sin dudas, si el cerebro muere, el cuerpo no funciona y vendrá la desbandada. Mal augurio para nuestra esperanza.

Esperábamos coincidencia en las facciones opuestas en la AN, tendentes a encontrar el equilibrio del poder, después de 14 años de fracaso gubernamental, pero lo que vimos avasalló nuestro desencanto, percibimos la transformación de un cardumen de focas en una jauría desesperada y enfebrecida, nominada con sutileza “poder popular”, cuyas dentelladas fueron asumidas por nuestros diputados representates, con expresiones de asombro y turbación. No era para menos. Expresaron los derrotados chavistas, lo que son capaces de hacer, mientras el poder este en sus manos ¿Con el respaldo de la FAN?. Sin embargo, el 10E comienza la cuenta regresiva.

Ojalá, que los jóvenes cuyo pensamiento desviado los ha llevado a unirse al coro surgido en la llamada “revolución” para enfrentar a la oposición antichavista, con el cuento de la “cuarta república”, “los adecos” y “los copeyanos”, un mundo no vivido por ellos, pero que la perplejidad insumida al pueblo ignorante ha penetrado en ellos, hasta formarles una idea tétrica de lo que pudiera ocurrir al derrumbe del siniestro “chavismo”, que pone en tela de juicio y en peligroso limbo la anarquía, que evidentemente, sería peor que el cambio de testigo. Imaginémonos el “volver” contra el “no volverán”, acompasados como melodramas del ¡Uh Ah!…

Debemos abrir los ojos a nuestros jóvenes, para que entiendan, que lo que se quiere, no es un cambio de gobierno, sino la recuperación de la democracia. Esa democracia, que pudo ser mala, deficiente y mal dirigida, pero que no se puede desechar la experiencia de estos 14 años que hemos vivido cargados de disconformidades y desencuentros, producto por la tenaz y divisoria política, que nos ha avasallado y dominado, sin que nuestra voluntad hubiera podido enfrentar la tremenda desfachatez del “pa’lante comandante” y “así es que se gobierna”. Así lo vimos en la contumaz Asamblea del 5E, donde pudimos apreciar la destemplanza que tendremos como gobierno sin la presencia física de Chávez. Por fortuna, aunque pareciera lo contrario, los seudolíderes cayeron en su propia trampa, ya que al considerar el nuevo período presidencial como la continuación del anteririor, aumentan el tiempo necesario para la convicción de los seguidores del chavismo, de que sin él, no hay quienes puedan mantener su demagogia. Un mes para elecciones, sería muy poco tiempo para el raciocinio y el convencimiento de los chavistas “solo Chavez”.

La Mesa de la Unidad y los líderes de la Oposición, deben desde ya emprender la campaña de desprestigio de los seguidores en el gobierno, sacando a luz todo el desastre y el negro porvenir con su mala política. Deben aprovechar las mismas enseñanzas del comunismo, para que el pueblo entienda, que la división partidista no es un invento capitalista ni de la oposición. Marx indicaba: “Lo que nos toca hacer ahora, es criticar todo lo existente sin contemplaciones…” “…es imprescindible hacer una crítica implacable de todo lo existente, y muy especialmente una crítica de las armas de los explotadores, entendidas estas armas, como todo lo que constituye la ideología establecida, la verdad oficial y el pensamiento único. Hay que criticar aquellos planteamientos ideológicos tan claros y básicos, que todos los dan por ciertos y que nadie los pone en duda…”

El comunismo admite, “…que cada persona y sobre todo cada sociedad histórica, tiene una ideología distinta, un pensamiento social e ideológico distinto, compuesto entre otras cosas, por su concepción de la justicia, el derecho, la estética, la libertad, la filosofía, la política, la moral, la sexualidad, la ética, la religión, la dignidad, la belleza, la propiedad, el pudor, la vergüenza, el humor, la culpa, el honor, la caridad, el decoro, el respeto, la virilidad, la feminidad, la infancia o el honor…”, y que “…lo que origina estas ideas, distintas en cada persona, sociedad, cultura o civilización, es la estructura económica y productiva en esa sociedad…” Hay que incentivar a todos a producir, encargándose el Estado de ayudar y auxiliar a los particulares en el impulso de la empresa privada sin discriminación de credo, religión o participación política. Hay que desenmascarar al “pueblo”, para que entienda que el chavismo es una forma de esclavizarlo dándole comida para mantenerse en el poder.

Esto pareciera la historia del “nunca mas”, pero aunque no creamos en el castigo de Dios, y aunque recitemos con frecuencia que “Dios castiga sin palos y sin piedras”, es evidente la existencia de un mas allá que vela por el desamparado y “de que vuelan vuelan”. Es posible la inexistencia de lo fantasmagórico, pero no se puede negar la existencia de los fantasmas. La literatura está plagada de anécdotas y cuentos reales, que sin quererlo ni pensarlo se transforman en realidad, de allí el aserto que “es mejor creer que parecer incrédulo”. Y aunque dudemos de la repetición de la historia, hay cuentos, que sin serlo, nos sirven de incentivo y aliento para “volver”.

La malignidad de este régimen, que Dios mediante llega a su fin, se fundamentó en creer crear una “nueva república”, donde los vicios del pasado no se repitieran, pero lamentablemente, los vicios se multiplicaron hasta un extremo apocalíptico. Comenzaron con querer “freir cabezas” y nos atolondraron con la estigmatización del “Pacto de Punto Fijo”, algo así, como apartarse de “la Inquisición” y de la guillotina; y sin darse cuenta, concluyeron en la tradición y el programa igualitarista de la Revolución Francesa, igualmente denominados “comunistas”, transmitidos al movimiento obrero por Felipe Buonarroti, sobreviviente de los Iguales, quien escribiera “Historia de la Conspiración de los Iguales. Lamentablemente, la obra de nuestros revolucionarios chavistas cayó en lo tosco, con una política del engaño, el derroche y la corrupción, que como Babeuf en la Revolución Francesa, son presa de la nueva guillotina. Se ha hablado de un “Pacto de la Habana”, que desde donde lo miremos es un pacto traidor a la patria de Bolívar, pero aunque se le estigmatice, contra este pacto traidor y contra la “revolución”, debemos volver al “de Punto Fijo”, fue un plan para la unión de la sociedad democrática, y sobre todo, para evitar que cayéramos en el comunismo. ¡Dios nos protegerá!

 

 

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