¡Cuidado, Fiscala!
No estoy de acuerdo con quienes dicen que los altos funcionarios la tienen fácil al seguir los caprichos de Chávez. Si bien el objetivo del mandante es quedarse -al precio que sea- en el cargo, las tácticas varían y hasta la estrategia también se rediseña. Imagínense, por ejemplo, al ex chofer del Metro, Nicolás Maduro, estudiando las intenciones de su jefe para adivinar en qué momento preciso Obama se transformará definitivamente en un Bush cualquiera, como lo ha pronosticado el incontenible hablador.
En los demás poderes ocurre lo mismo. Tibisay Lucena en el CNE debe estar atenta a las señas para saber qué y cuándo decide con sus congéneres. Todavía estamos esperando los resultados totales del referendo de 2007 y de las elecciones parlamentarias de 2005 y esto no debe haberse quedado así sólo como fiel testimonio de nuestra idiosincrasia.
La Fiscal General la ha pasado muy difícil en los últimos meses. No sabe si Chávez dice lo que piensa cuando mandó a poner presos a los banqueros boliburgueses. Sus juicios no llevan la celeridad de otros, como el de los comisarios de la Policía Metropolitana que en la última etapa (después de 7 años de retardo procesal) el TSJ confirmó la sentencia a 30 años de prisión en 15 días, a pesar de que el escrito consignado tenía 8.000 páginas.
La platinada fiscala (qué feo suena, ¿no?, pero así debería designarse si la Constitución fuera coherente con su rabioso feminismo) no está segura de cómo actuar ahora contra el ex presidente de Pudreval, Luis Pulido, supuesto responsable de la pérdida de más de 50 mil toneladas de alimentos importados por la revolución bonita y alojados en los puertos cubazolanos. A cualquiera se le ocurre pensar que el máximo responsable (aparte de Chávez, quien ha dirigido el nuevo estatismo despilfarrador) es el bicéfalo Rafael Ramírez, ministro de Energía y Minas y presidente de Pdvsa.
Pero ya hemos oído a Chávez salir en defensa de su hombre de confianza. Así como pasa con Alí Rodríguez (responsable del desastre eléctrico), Elías Jaua (responsable del retroceso agrícola), Jorge Giordani (responsable del pre colapso económico), Diosdado Cabello (pésimo gobernador de Miranda y responsable del mega déficit habitacional) y con tantos otros incapaces sectoriales, Chávez no tocará a Ramírez, porque sabe demasiado. Por supuesto, no me refiero a sus conocimientos técnicos.
Está advertida, señora Ortega Díaz, la investigación de la podredumbre de Pdval sólo puede llegar hasta las antepenúltimas consecuencias. Las pesquisas deben tener límites. No se le ocurra investigar la actuación del ministro-presidente, tampoco debe implicar a cubanos que intervienen en la administración de los puertos y ¡cuidado! con llegar a sospechar de algún chaviburgués que no haya perdido el favoritismo del jefe.
