Cuatro ejes, cuatro megas, cuatro treinta
No le voy a preguntar acerca de aquella teoría de los cuatro ejes del desarrollo, y aquella línea que cruzaba el Apure, hasta la Gran Sabana, ni sobre el Plan Avispa o las décadas de plata y oro. Eso quedó atrás para dar paso a la plusvalía y el concepto de capitalismo explotador, que parece estar de moda en su lenguaje de estos días, unido al bicentenario, cómo elemento aglutinador de pueblos.
Tampoco hoy me voy a referir a como usted manejará un país con sólo cuatro megas de energía, una vez que producto de su irresponsable evasiva y manifiesta incapacidad de decidir que hacer- aun cuando el problema se nos está viniendo encima- una vez que agotemos la capacidad de la represa de Guri para mantener los niveles de producción que nos sostienen hoy día. Para usted es más importante llegar sano a las elecciones que preparar un país para un evento de grandes magnitudes que afectará nuestra calidad de vida. Como es usual, usted prefiere ir viendo según vaya viniendo.
Este es el mismo país que usted representó en la Cumbre de Coppenhage, para llenarse la boca acusando a la humanidad de malgastar la energía. Este país, mi país y su país, importó el año pasado vehículos con motores de ocho cilindros, que su irresponsable política automotriz aprobó. No tenemos un sólo programa que limite la cantidad de energía que se puede aprobar para las nuevas construcciones, tal como lo obliga la Unión Europea, hace más de quince años no ha limitado la instalación de artefactos sanitarios de la vieja generación, que usan más de seis litros de agua para una descarga, prohibidos en el imperio desde hace una década. No controla el parque automotriz cuyos motores desajustados producen contaminantes y no le pone coto a la indiscriminada quemazón de lotes agrícolas, cuyos campesinos todavía acostumbran como técnica de preparación para la siembra Derrames petroleros que se silencian y talas de bosques como parte de un negociado de nuestras fuerzas militares bolivarianas son solamente un aditivo más.
¿Qué pasó con la revaluación del bolívar que usted anunció en Enero? ¿Cuándo veremos un dólar a cuatro treinta? Ese mismo que se entrega en las “subastas” que sólo ganan un puñito de aventajados. El valor permuta no baja de seis bolívares y nuestro bolsillo se desgasta rápidamente en esta ansiada espera por ver cumplida su promesa, vociferada a gritos en una cadena televisiva. Razón tiene Teodoro cuando habla del niño mentiroso, pues este también podría ser un problema causado por ese fenómeno de la naturaleza.
Yo quisiera pensar que usted se mueve, si bien con desconocimiento, con buena voluntad. Yo quisiera pensar que usted no me miente. Digno de una canción de Cuatro Cuarenta.
Deje de mirar tan córtico y piense que hará con este país, con sus cuatro ejes de desarrollo, con sus cuatro megas de energía y sus dólares a “cuatro treinta”, a cuatro meses de un colapso eléctrico, cuando faltarán –para esa época.- cuatro meses para las elecciones a la Asamblea. Búsquese un cuatro, para que nos toqué un tres por derecho, porque los cuatro aliados del Alba no se lo llevarán en un cuatrimotor, como lo hiciera Pérez Jiménez hace medio siglo.
