Faltan cien días
Más de siete meses. Se dice fácil pero aún faltan más de siete meses para las elecciones de la Asamblea Legislativa. Mucha agua correrá por nuestros ríos, a pesar de la sequía.
Este país seguirá descomponiéndose y seguirán apareciendo los problemas que se derivan de un mal gobierno que no ha manejado los asuntos públicos con planificación y mirada de futuro. Sólo tapan huecos y mal tapados. Están ponchados.
Chávez seguirá arremetiendo contra la sociedad y provocándonos para que tomemos un camino equivocado. El Metro de Caracas seguirá deteriorándose y la situación que se genera por la falta de energía eléctrica seguirá profundizándose. El dólar seguirá devaluándose y alejándose del prometido “cuatro treinta”. Si en once años nada ha mejorado, que les hace pensar que eso sucederá ahora en los próximos siete meses. Ramírez sigue manejando el petróleo y Diosdado el programa de infraestructura y vivienda, los mismos que acumulan una cadena interminable de fracasos gerenciales.
En lo interno del chavismo se libra una batalla a muerte. El poder y la corrupción se dan empellones y las renuncias y movimientos de ministros no son otra cosa que un intento de poner orden en casa y un destapar de pensamientos diversos que no encuentran salida. Los llamados a unidad, que vende con gran energía, nos hablan de una pugna interna de magnitudes insospechables. Así estarán las cosas, que Chávez acepta unas primarias para seleccionar a los candidatos a la Asamblea. Los chavistas recibirán una medicina parecida a la que les dieron antes; con “democracia” preparada en urnas y resultados electorales internos que sólo un grupete maneja y conoce. Así, las primarias darán los resultados que Chávez busca.
No las tienen fácil y encuestas que nos muestran un decrecimiento de su popularidad, más allá del punto de inflexión, nos están enseñando la clara posibilidad de que los sorprenda septiembre con un deslave de popularidad que los lleve a una avalancha de votos en contra, donde actuará como un bumerán en contra suya, su amañada reforma de los circuitos electorales. Necesitan seis millones de votos cuando tiene sólo unos novecientos mil votos duros. Si doce por ciento de los votos que obtuvieron en dos mil nueve, para la aprobación de la reelección, se voltean, tendremos una mayoría de diputados con capacidad para manejar este país desde la Asamblea. En el peor de los casos Chávez tendrá que manejarse con más de cincuenta y cinco diputados de oposición que le rompen la mayoría parlamentaria para la aprobación de leyes orgánicas.
Perdiendo quince centímetros diarios de agua, Guri perderá su nivel de trabajo en cien días. Si fuesen muy eficientes con los programas de reducción de consumo y lograran la meta de ahorro de veinte por ciento, entonces alargaríamos el colapso veinte días más. Léase bien, entre el fin de mayo o el fin de junio, tendremos un colapso eléctrico. Yo me imagino que en abril, faltando cinco metros para el nivel de colapso, tomarán medidas extremas y eso podría incluir una declaratoria de emergencia, con suspensión de garantías y por ende, suspensión de las elecciones a la Asamblea, para intentar buscar otros aires el año que viene. Esa sería una gran corrida de arruga, que los acerca más al final del juego. Lo veo más claro que nunca.
