Mentiras Bicentenarias (II)
La violencia es “la partera de la Historia”, sin violencia no hubiera habido Independencia. La Independencia del Brasil (1822) fue una “épica” del acuerdo, no hubo derramamiento de sangre a los mismos niveles de la América Hispana.
Maracaibo, ciudad disidente, vive en el pecado histórico por no seguir el ejemplo que Caracas dio. Los marabinos, rivales económico/comerciales de la Provincia de Venezuela, aprovecharon la coyuntura de 1808-1820 para obtener una mayor autonomía, además, sus autoridades, tuvieron la responsabilidad de encabezar la contrarrevolución. En el escudo de la municipalidad de Maracaibo, podemos leer aún hoy: “muy noble y leal”. Maracaibo y sus habitantes tuvieron la fortuna de no verse afectados por la guerra; el Lago y su geografía contribuyeron a su aislamiento. La “estrella” de Maracaibo aún no ondea en el pabellón nacional.
La Campaña Admirable del año 1813 constituyó un brillante triunfo del genio estratégico de Bolívar. Campaña militar sobredimensionada llevada a cabo desde la Nueva Granada y que soslaya la presencia de soldados oriundos de ese territorio, además, la “velocidad” de Bolívar tenía como justificación llegar antes que Mariño y la fuerzas orientales a la capital del país.
El Ejército Expedicionario del General Don Pablo Morillo arribó a Venezuela en el año 1815 a someter a los súbditos rebeldes. Totalmente falso. Ya el asturiano José Tomás Boves había “limpiado” de enemigos del Rey todo el territorio venezolano en el año de 1814, utilizando una estrategia de tierra quemada y de odio a todo miembro del sector social blanco. Morillo vino a contener a Boves y a los jefes rurales del propio realismo que con sus acciones “populares” pusieron en cuestión los fundamentos de la sociedad colonial tradicional.
La Independencia fue una gesta popular. El pueblo como tal se involucró de una manera anárquica y acompañó indistintamente a uno u otro bando. En realidad el conflicto de la Independencia fue un conflicto entre el sector blanco, por un lado los partidarios de la Monarquía, y por el otro, los partidarios de la Republica, en realidad, ambos procuraron maximizar sus intereses de clase y grupo, aunque paradójicamente, fueron barridos por la vorágine de la guerra.
DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE LUZ
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