El Editorial

El miedo es libre

Las elecciones presidenciales en Venezuela están, en parte, signadas por el temor de algunas personas a expresar públicamente la intención de votar en contra del actual Presidente de la República. En esta categoría entran, entre otros, los funcionarios públicos y los que tienen relaciones contractuales con el Estado. La memoria de la lista Tascón no se evapora fácilmente, sin embargo y a pesar de eso se nota en las calles una creciente capacidad de responderle al miedo con la presencia aguerrida de multitudes de venezolanos a los que no les preocupa que los retraten oponiéndose al régimen actual.

Frente a la creciente movilización de la oposición en las calles el ventajismo oficial se ha acentuado con diversas medidas entre las que destaca, la reciente decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo, que declara con lugar la solicitud de amparo solicitada por el PPT para impedirle a Rosales el uso del color azul en su campaña electoral y por lo tanto, se permitiría adosar este color al candidato del amor.

Esto viene a agregarse a lo que ocurrió en la distribución del espacio para los partidos políticos en el tarjetón electoral. En éste la oposición está relegada a los últimos lugares del mismo e incluso, el estrambótico Conde del Guacharo, se encuentra favorecido al ubicarse inmediatamente después de los que apoyan al presidente.

Otro aspecto irregular de esta campaña electoral es la negativa del candidato oficial de debatir con el candidato de la oposición y no vale el argumento que hay una docena de candidatos opositores cuando es de todos conocidos que cada uno de ellos fue colocado en las listas por iniciativa del régimen incluyendo aparentemente, según la opinión de muchos, al cómico del cogollo . El negar la oportunidad de un verdadero debate democrático entre los dos principales candidatos a la presidencia de la República le hace un flaco favor al ejercicio plural de la democracia.

Por si esto fuera poco recientemente, y para el horror y repugnancia de los que creemos en la democracia plural, observamos al Ministro de Energía y Presidente de PDVSA, decir que esa industria no era de todos los venezolanos sino solo de aquellos que se visten de rojo y que quienes no estuvieran comprometidos con el proceso, eran contrarrevolucionarios y no podían tener cabida en la empresa. Esto tiene definitivamente semejanza con lo ocurrido en la Alemania Nazi en la que los que no saludaran con el brazo alzado y diciendo, Heil Hitler, eran considerados enemigos del régimen

Con posturas como estas que no reconocen al contrario sino como un enemigo al que hay que exterminar ¿Cómo puede visualizarse un país en el que todos quepan sin que estén obligados a ponerse la camisa roja para subsistir? . Sin embargo es evidente que mas allá del miedo hay cada día mayor apoyo a favor del discurso conciliador del candidato de la oposición y eso está haciendo mella en la cordura que debería tener un régimen que se presume seguro de su triunfo . Actos destemplados, como los del ministro Ramírez, lo que ponen en evidencia es que el miedo se ha ido cambiando de lugar porque, como en el cuento de Andersen, se han dado cuenta de que la gente descubrió que el rey está desnudo.

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