Globovisión en finales
Es lo mejor que nos puede pasar.
Tarde o temprano, el régimen le pondrá los grillos a este medio de comunicación. Es cuestión de tiempo. Todos los instrumentos de control y los esfuerzos están centrados en quitarse de encima esta molestosa forma de mantenernos unidos y de conocer las barrabasadas que se cometen cada día. Buscan una forma de espantar a ese diablo, sin que aparezcan como responsables.
Miren hacía atrás y cuenten los caídos. Circuitos radiales, televisoras regionales, prensa y otras formas de comunicación que habían mantenido una línea contraria al gobierno, fueron desapareciendo, para ceder esos espacios a instrumentos de repetición de las maravillas de la revolución. Paséese por el dial de la radio y abandone su tradicional estación, para que sienta con honda repulsión la programación que se “inyecta” en los cerebros de nuestro pueblo.
Unión Radio, antes muy contestataria, viene cediendo terreno y entrega espacios a tendencias que terminaran atrapando su programación. La profesora Marta Colomina quedará como una señal de que este gobierno permite la libre expresión del pensamiento, a sabiendas de que su falta de objetividad y desmedida pasión, la convierten en inocua. Rodriguez Giolitti nos vende esa candida entrevista diaria a partidarios del régimen, en las que acepta con una sonrisa argumentos que no soportarían una repregunta. Que distinto el estilo de su anterior conductor.
No importa cuanto hagamos, el gobierno seguirá cerrando espacios en materia de comunicación y buscando alternativas que callen nuestras voces, comprando, cerrando, amenazando. Cuando se vencieron las concesiones de televisión, unos años atrás, se vencieron, no solamente para Radio Caracas Televisión sino también para Venevisión y Televen. No les tengo que contar cual de ellas fue negada para continuar. Tampoco tengo que explicarles que sucede con la línea informativa de las dos que permanecen abiertas, doblegadas ante un gobierno opresor de libertades.
Lo voy a repetir. Esto es lo mejor que nos puede pasar. Ninguno de nosotros merece esta agonía en continuado, lenta, interminable, que va minando nuestros espíritus de poquito en poquito. Es mejor que avancen más rápido en la “conquista” de nuestra libertad, para que lleguemos más rápido al final de esta historia. Se los puedo anticipar sin duda alguna. Cuando nos quiten las válvulas de descarga, que nos llegan por la vía de la información, explotaremos. A un pueblo, en estas épocas, no se le puede esconder la información. Eso se les puede hacer a los cubanos, que nacieron bajo esas circunstancias, pero no a este país, que apenas pasea una decena de años por este tormento. Los venezolanos que conocemos la libertad, todavía estamos vivos.
Muchas de las maniobras que hace Chávez están dirigidas a controlar a los suyos, que tampoco aguantan mucho más. Esta vaina está en finales, como dicen los aviadores.