Hugo: se te juntaron los diablos
Comienza el doceavo año de la cacareada revolución, que luego de más de dos décadas sólo alcanza a exhibir como grandes logros: Una disminución de la pobreza, haber acabado con el analfabetismo y enrumbar al país por los caminos nuevos que lo conducen a su libertad, libertad del imperialismo, que le ha sido negada durante doscientos años. A mi me daría pena subirme a un estrado y tomar un micrófono para decir eso, después de haber dilapidado sin compasión alguna los dineros de esta dolida patria. Todo lo que afirma no tiene demostración, salvo por las estadísticas que ellos mismos producen.
La falta continuada de criterio para gobernar a un país y la posición poco humilde de no saber reconocer sus errores, sino achacarlos a factores exógenos, ha producido lo que muchos predijeron; un país que cruje en sus bases, con una miseria creciente y con una destrucción progresiva, estructural de su aparato productivo. Cada día que pasa nuevos diablos acuden a la fiesta y cada día que pasa descubrimos que debajo de la alfombra guardaron mucho polvo en uso de una capacidad de ocultamiento que ya no aguanta más. Agua, energía, seguridad, petróleo, gas, hierro, aluminio, cárceles y el metro, son sólo algunos ejemplos de lo que han abandonado a extremos en que la recuperación de esos activos y esas operaciones luce cuesta arriba
Todos los días descubrimos un nuevo diablo, una nueva casa de bolsa quebrada y una nueva forma de explicarnos el porque de los desastres. En sólo quince días, acabaron con las tiendas Éxito y ahora las dejan en manos de sus dueños, para achacarles a ellos la culpa de lo que ya está a la vista, otra empresa destruida. Este socialismo de pacotilla que dio de comer a sus aliados, ahora tendrá que enfrentarlos. Ahora los sindicatos se oponen a la toma de empresas, pues ya se desayunaron con el proceder de un nuevo dueño que no reconoce los derechos de los trabajadores. Ese es el nuevo socialismo barinés, extraído de las portadas de los libros que se pusieron amarillos en las bibliotecas del mundo.
Este pretendió ser el país de las grandes vallas revolucionarias, de los rojos ropajes y de las fantasías de poder, en manos de unos oscuros personajes que no habían pagado una nomina en su vida y que pretendieron convertirse en gerentes, desde los libros izquierdosos que leyeron durante décadas, en preparación para el llamado de su líder. Estos son los mismos que ahora, aprietan duro la carrera hacia delante cuando siente el reclamo de un pueblo que pide explicaciones y cambios a su proceder. Ahora, con todos los diablos juntos, no queda otra que exhibir conductas belicosas, represión y uniformes verdes para contener la rabia colectiva. Ahora los estudiantes son diablos, que danzan a su alrededor.
Los diablos llegaron desde el infierno y no parecen tener la intención de retirarse. Acosan cada acto desmedido de este gobiernillo de torcidos propósitos y cada día nuevo, los tridentes ardientes de esos personajes, se acercan peligrosamente a estos mentirosos productores de engaños. Siempre lo repetimos, cuando se les acabe el dinero, se le aparecerán los problemas. Ahora, ni dos o tres mil millarditos de dólares, le servirán para seguir estirando la arruga. Tiene suerte de que los diablos de Guayana parecen estar de vacaciones estos días, pronto encenderán sus hogueras de nuevo.
Hugo: debes estar sintiendo un calorcito nada confortable, en momentos en que el ahorro energético exige apagar el aire acondicionado. No me gustaría estar en tus pantalones, demasiados diablos andan juntos a tu alrededor y aquí se comienza a sentir un buen fresquito.