Opinión Nacional

Lo que viene

Si un animal gruñe como cochino, tiene rabo de cochino, patas de cochino, hocico de cochino y orejas y cuerpo de cochino, es, entonces, un cochino.

Si un proceso político se autodenomina Revolucionario,  promete construir una sociedad Socialista ,tiene un único líder de carácter mesiánico rodeado en el poder por un grupúsculo obsecuente, acaba con la autonomía de los Poderes Públicos poniéndolos a su servicio exclusivo, deconstruye sistemáticamente la estructura  política democrática, irrespeta todas las normas jurídicas y la Constitución, militariza el país, ataca la propiedad privada y la economía de mercado (mientras permite que los suyos se enriquezcan), se declara marxista, crea un monopolio de medios de comunicación monoideológico , agrede y cierra los medios independientes y críticos, excluye, denigra ,insulta y reprime brutalmente a todo aquel que piense distinto, abandona la tarea de gobernar para su pueblo en aras de impulsar el antiimperialismo mundial y hace alianzas con cuanto autócrata eternizado en el poder existe, es, entonces una Revolución Socialista.

El concepto de  Revolución Socialista representa en la actualidad lo más retrógrado y reaccionario de la izquierda radical ya que, a esta altura de la historia y después de las nefastas experiencias del siglo XX, sigue planteándose la sustitución del sistema democrático y de la economía de mercado, por una dictadura de origen marxista que promete trabajar por los desheredados y termina eternizando en el poder a una nueva clase burocrática, militarista, represiva y brutal ante la cual toda la sociedad queda inerme.

Como ejemplos: Corea del Norte y Cuba.

Así que eso es lo que estamos enfrentando, un nuevo intento trasnochado de imponer en Venezuela una Revolución Socialista.

Hasta ahora ese proyecto ha ido caminando en el filo de la navaja, respetando ciertos espacios de libertad de expresión y soportando protestas populares que le son sumamente incómodas.

Pero una revolución tiene que llegar al hueso y rápidamente. No se trata de hacer reformas para mejorar la calidad de vida del ciudadano, se trata de destruir todo lo existente para construir el modelo de sociedad que el revolucionario considera justo y correcto. No quiere perder más tiempo.

Para ello pasará por encima de lo que sea ya que cree que la historia (de la que se piensa dueño) lo juzgará para bien.

Pero resulta que La Revolución se ha empantanado ya que de tanto abusar, de tanto insultar, de tanto reprimir, de tanto robar, de tan poco trabajar y después de ser absolutamente ineficaz en resolver todos los problemas del país, se ha encontrado con un pueblo que le está poniendo la mano en el pecho.

Un pueblo que se ha dado cuenta del verdadero valor de la democracia y de la libertad, que no está dispuesto a dejar que se las arrebaten y que va a luchar para impedirlo.

Debemos saber que vienen tiempos muy difíciles ya que, a medida que La Revolución se sienta más enfrentada y más débil, se tornará más represiva y más brutal. Ya su vulnerabilidad le ha hecho dar carreritas para aumentar la presencia de los aliados cubanos en el país, el último que han traído es un viejo  y ortodoxo represor fidelista. ¡Qué bochorno inaudito! ¡Ese es el ejemplo de país que nos quieren imponer!

El país entero está alerta, son ellos los que NO PASARÁN.

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