¡Ven a mí que tengo flor!
Esta es una aclaratoria para los incautos que creen todo lo que se dice por internet. Quisiera dar un voto de confianza a nuestro muy querido juego de cartas españolas el Truco», que han querido desprestigiar, al extremo de decir que es un juego tramposo y tracalero, lo cual no es verdad. Es un juego muy sencillo, simple y popular en el Oriente del país, que lo utilizamos los orientales de todas las profesiones y clases sociales por su demostración, que obliga a los jugadores, normalmente en parejas, a aplicar la inteligencia y descubrir el miedo en el adversario, quien se descubre por la mirada y la duda, ante el «ataque», con «piezas» o no, de acuerdo con el avance de los «tantos» que tengan, ya que un juego puede culminar en una sola mano, cuando ambas parejas tienen «cartas», como lo indico en el escrito.
Lo interesante es que este juego es para animar una reunión, que sse hace con un sancocho de carne, de pescado o «cruzado» (mezcla de ambos). En Margarita con pandelaño (Fruto endémico de Margarita). Y, en todo caso, con la apuesta por un juego o un mach, que es de poca monta, porque el juego, aunque es de envite y azar, por sus características es ameno y siempre tiene clientela. Pero como dice la canción margariteña, «..y la botellita de ron que no debe de faltar.» Concluyendo con el coro de la cachúa): «…si no me dan de beber voy a botar la comida, porque yo sin la bebida, no siento ningún placer…» !Dígame si es con comida de «Pudreval¡.
Se ha querido desprestigiar al juego de “Truco” calificándolo de tramposo y tracalero, por las expresiones de Chávez en varias oportunidades. Antes decía: ¡Ven a mí que tengo flores!, pero alguien le sopló que así no se decía y por eso ahora dice: ¡Ven a mí que tengo flor!. Sin dudas, la expresión es correcta, pero nada tiene que ver con el juego de “Truco”, que es un juego que amerita viveza, tanto para el juego como para el envite, como todo juego de envite y azar, llámese ajilei, treinta y uno, póker, o cualquiera otro. La expresión de Chávez es evidentemente en sentido figurado, pero nada tiene que ver con el juego de truco, que es un orgullo para los orientales venezolanos, cuyas reglas son iguales en todas partes, solo difiere en la forma de jugarlo al inicio, como ocurre en Monagas, donde lo llaman “pasaito”, que en verdad solo ocurre cuando luego de jugar el “mano” (jugador a la derecha de quien ha repartido), ambas parejas se pasan las tres cartas para el compañero. Es en este momento cuando el compañero que no es mano le dice al compañero: “ven a mí que tengo flor” (la flor es el conjunto de las tres cartas del mismo signo o combinado con una de las dos cartas mayores (el perico o la perica, que son el caballo o la sota del signo que se ha puesto en la mesa por el repartidor antes o al término de repartir las tres cartas a los cuatro jugadores (cuando son dos parejas) igual que en cualquier juego con tres cartas. La diferencia está en que en el “truco” no se cambian cartas y cada mano se juega con las cartas (3) recibidas.
El juego se desenvuelve y gana quien ponga por parejas en la mesa, en su oportunidad la mayor carta (en su orden: perico, perica, espadilla o as de espada, bastillo o as de basto, siete de espadas, siete de oros, los tres, los dos, los otros ases, los reyes, lo otros caballos distintos al perico, las otras sotas distintas a la perica y siguen con menor valor los ochos, los sietes, los seis, los cinco y los menores son los cuatros) Como pueden ver, hasta aquí no hay trucos. El asunto está en saber por parejas jugar para evitar desperdiciar jugando cartas que luego son rematadas por el contrario. Muchas veces se hace como estrategia cuando la pareja tiene muchas cartas con valor y se quiere hacer creer al contrario que se jugó mal y le da oportunidad para ganar. Gana quien ponga la mejor carta en dos manos. Quien gana cada mano es quien juega la primera carta en la segunda mano. Igual juega quien gana la segunda mano en la tercera.
Hasta aquí parece muy fácil, pero la cosa se complica en el envite, que tiene sus valores o precios en “tantos” (Gana quien llegue primero a los 24 tantos). Quien logre una flor, si no hay otra gana tres tantos, si la pareja tiene dos flores son seis tantos. Pero si en las dos parejas hay flores, gana la mayor, pero como debe “cantarse” antes de jugar la segunda carta, puede solo anunciarla o salir diciendo “tengo flor y envido” (el envite solo cuando es querido vales dos tantos, pero puede ocurrir que la otra pareja le replique: “quiero y envido” o aquí puede haber una réplica de quiero y tantas piedras (tantos) mas o quiero y la falta, que en este caso es lo que le falta al que esta envidando para completar los 24 tantos y ganar el juego. Hay una flor que se “canta” solo cuando la otra pareja ha cantado flor pero generalmente va con un “envite” fuerte, es la flor que se le llama reservada, constituida por cualquier carta junto al perico y la perica. Se le llama “reservada” y nadie le gana (el perico vale 30, la perica 29 mas lo que valga la otra carta)
Si la pareja tiene el perico y la perica, no hay quien le gane porque tiene aseguradas dos manos. Puede haber una pareja de “lacios” como el que te conté, que uno juegue la perica y el otro juegue el perico en una misma mano, lo que los hace perder la oportunidad de ganar dos manos. El truco es el envite que permite hacer “correr” a los contrarios, haciéndoles ver que se tienen muchas cartas de valor para asegurar dos manos, generalmente la primera y la última. ¿Cómo se hace? En cualquier momento del juego, inclusive antes de jugar la primera carta “pega” dice “truco” y los contrarios valoran la situación y si tienen cartas “buenas” como para ganar las dos manos, pueden decir “quiero” o también pueden decir “quiero y retruco” o quiero y vale juego. Aquí la pareja que pego el truco valora si tiene cartas para ganar las dos manos o simplemente no acepta el “retruco” y pierde dos tantos.
¿Qué se apuesta en el juego de tres manos a 24 tantos? Lo que se quiera, pero generalmente este juego no es para grandes apuestas. Inclusive, puede ser solo el castigo de que los perdedores se tomen un trago “grande y puro”, que si pierden varias manos cogen una “pea grande” Es muy difícil decirlo todo, ya que queda mucho de parte de los jugadores y allí está el truco, que no es trampa.