¿A qué vino?
Ramiro Valdés vino, vio y se fue. Pero, ¿por qué y a qué vino? Al margen del currículo del señor, especializado en asuntos represivos de diversa índole, lo cierto es que se trata de una muy prominente figura
política del panteón cubano. No se mueve a un tipo como Valdés para que venga a explicarnos como racionar la luz. Para eso es suficiente con mandar ingenieros eléctricos cubanos, comunes y corrientes,
verdaderos expertos en apagar la luz, pero, en todo caso, para eso no es necesaria la presencia del ex ministro del Interior. Tampoco resulta creíble que su presencia aquí tenga que ver con perfeccionar los mecanismos represivos del chacumbelato.
Para tal fin los cubiches tienen verdaderos «técnicos», que no hacen necesario que venga el mero creador del G-2 a ocuparse del asunto. Si de censurar o «hackear» Internet se tratase, pues tampoco es necesario que sea el propio «Ramirito» quien venga a dictar un cursillo sobre la materia.
Lo que sí es verdad es que Ramiro Valdés ha venido en otras ocasiones a nuestro país, pero casi clandestino y siempre vinculado a telecomunicaciones, porque de eso se ocupaba en su país y, ciertamente, desde hace unos tres años su gente ha estado asesorando al régimen en telecom.
Hace tres años también estuvo aquí, explorando la posibilidad de que su gobierno adquiriera la empresa de telecom ENTEL y, dicen los que conocen el asunto, que su opinión pesó mucho en la estatización de CANTV. Su argumento fue muy sencillo y muy fidelista: ya que se está tendiendo un cable óptico submarino entre Venezuela y Cuba, era ilógico, según la lógica fidelista, que una de las puntas del cable estuviera en manos del gobierno cubano y la otra en manos de una
empresa privada venezolana. Chacumbele compró la idea y compró también CANTV. Durante la transición en esta, Socorro Hernández fue varias veces a Cuba, para reunirse con «Ramirito».
Detalle interesante: Jesse Chacón estaba en desacuerdo con esos viajes.
Pero esta visita bombástica, a cielo abierto, no puede haber sido técnica. La única conclusión plausibles es que Fidel mandó a la tercera figura del régimen para ver cómo está la vaina y, además, que se supiera que lo hizo. ¿Para quién era el mensaje?
Así estará de preocupado Fidel Castro con las noticias
que le llegan de nuestro país, que movió a uno de los pocos «históricos» que quedan en Cuba para que se cerciorara in situ si las loqueras de Chacumbele noestarán comprometiendo la supervivencia de Cuba,
que es la única cosa para la cual ha vivido y vive Fidel
y en nombre de la cual hasta ha pagado el precio de humillarse, jalándole bolas a su «hijo», inflándole el ego casi hasta reventárselo, para que el chorro de petróleo, amén de otras bagatelas, no cese nunca y no se pague nunca.
Para esa exploración, inevitablemente Valdés tenía que medir el alcance de la crisis eléctrica y para ello se reunió con la gente del sector. Él si sabe bien lo que pegan en el ánimo de la población los apagones y lo vidriosa que puede ponerse la situación política en un
país que al lado del suyo es casi una democracia jeffersoniana.