Los problemas de Chávez
Hemos reiterado para el análisis del personaje, que Chávez es simplemente un populista más en el escenario latinoamericano. Para dar un concepto desde la ciencia política aludo al libro del eminente politólogo español Ignacio Molina, titulado Conceptos fundamentales de ciencia política: “Bajo esta denominación pueden aparecer englobadas diversas ideologías políticas de carácter normalmente autoritario pues, al reclamar para sí la encarnación de los deseos mayoritarios, rechazan la necesidad de más intermediarios y deslegitiman por obstaculizador el pluralismo que representa el resto de la oposición.” Sin control político, electoral, legislativo, judicial y fiscal, el hombre va creando su encarnación de poder; quiere morir como militar en Miraflores con su uniforme oliva y sus botas lustrosas; esto puede ser posible en un contexto donde la población no tiene responsabilidad histórica, por el simple hecho de que nunca ha sido formada en un concepto de ciudadanía, verdadero contrapeso para el populismo de toda laya; haciendo abstracción de las contradicciones de las clases sociales.
Detrás del populismo se esconde la verdadera máscara. En el caso Chávez los problemas nacionales, entendiendo por éstos las situaciones concretas que un gobierno debe atender; echando mano de la definición del catedrático Flavio Carruci en su texto Elementos de Gerencia Local: Un problema es una condición negativa, especificado en su ubicación, es decir, dónde ocurre (parafraseo). Como se infiere nada cercano a este mundo venezolano los lineamientos de Chávez, el hombre sigue en su auto delirio de grandeza; mas la economía inflexible sigue rondando y coloca al descubierto la revolución de cartón.
El gran logro del chavismo es haber convertido la nación definitivamente en un Emirato Árabe, es decir, un país que vive de su renta petrolera. El reiterado crecimiento de más de tantos trimestres, no fue más que obra del mercado mundial, que precisamente no lo decide Venezuela; sino el conflicto allá en el Medio Oriente y el crecimiento con desarrollo de las economías capitalistas. Al desplome de las finanzas mundiales, el hombre populista que es Chávez, impone sin regañadientes una devaluación monetaria, hace medianos ajustes de precios, la inflación se dispara ante una economía que depende hasta para comer del comercio exterior, que aunado a las trabas de las divisas; imponen la dictadura del comerciante avaro. Sin pararle al razonamiento de quienes saben de economía, como la institución Academia de Ciencia Económica de Venezuela, presidida en la actualidad por el economista Pedro Palma; Chávez necesita armar un discurso más virulento con la creencia que calará en las masas, ello explica su supuesto giro al marxista, para lo cual piensa dar muestra de fe con las expropiaciones, caso de las Tiendas Éxito y la ofensiva constante contra el empresario, dueño del conglomerado Polar. La idea que subyace en el individuo presidente es dar un golpe de ofensiva, vender ante el colectivo que se está creando un verdadero modelo socialista, cuando no hay que haberse leído El programa de transición, de León Trotsky, para entender lo contrario. Pienso que se va a un modelo centralista, de corte populista; donde una elite militar-civil, conforma la bien tildada Boliburguesia, la cual gobierna y gestiona sin control ninguno.
Los problemas siguen, el gobierno en vez de minimizarlo, ya que no tienen la intención de detectar las causas de los mismos; le impone al pueblo venezolano nuevos dolores de parto. Allí como lanza en los costados del Nazareno, a quien en alude con su crucifijo en el pecho, se tiene el elevado índice de delincuencia organizada o no, perdida de la soberanía en la frontera colombo-venezolana, elevación de los precios de la canasta básica, inactividad productividad, es decir, déficit en la producción agrícola e industrial, déficit fiscal creciente, en resumen, mano de obra que se desperdicia en plena madurez para la labor creadora. Se ha pasado de una dependencia umbilical de los Estados Unidos, a un colonialismo a favor del transnacionalismo multipolar.
En lectura del profesor Samuelson con su Curso de Economía, se tiene que las condiciones económicas de carácter universal, como son la técnica, la escasez de recursos y los costos; no son preocupación del mandatario nacional, quien sigue en peleas con el Obama, el Uribe y el Santo; sin que ello se refleje en fortaleza económica en el país. Nada que se asome una Venezuela temida por vecinos y extraños. El hombre apostó por el misionismo social, el gasto social sin base en la producción real de bienes y servicios; la lógica fue el conocido cuento del hijo del millonario, quien a la muerte de su padre, verdadero pionero del patrimonio familiar, resulta que su heredero dado al bonche, los viajes y los lujos, sin la más mínima idea de la gerencia; se dio a la tarea de seguir en el boato; mientras los competidores, más inteligentes, es decir, sagaces y maquiavélicos, se empoderaron de las nuevas realidades.
El fin del cuento: El heredero bonachón finalizó vendiendo contratitos de seguro a sus allegados y hasta ex competidores, por no haber bien administrado lo heredado. Pero el presidente nada que le para al equilibrio entre la producción de bienes de producción y el consumo, ni idea de la llamada Curva de transformación, que bien explica Samuelson. El nieto de Maisanta apostó por el bochinche que aludía Don Francisco de Miranda, nuestro gran único hombre de talla universal; en esa realidad nadie sabe en que situación están las finanzas públicas, los activos del Banco Central de Venezuela y los infinitos fondos públicos, llámense Fiem, Fonden, Francisco Miranda, Bicentenario y pare usted de contar. Sólo nos queda como caricatura observar la flema del supuesto torturado en época perejimenista, el contralor Russian; quien con lista en mano cambió la función del control fiscal por la de comisario político, como en los mejores tiempos de José Stalin en Rusia.
