Le toca a Venezuela rescatarse a sí misma
La prensa argentina se hace eco del muñeco presentado en el Canal del gobierno al que “se le caen” los pantalones mientras baila y es, según su creador, un intento para acercar más la gente al “presidente”. Los venezolanos no nos asombramos ya de ninguno de estos “exabruptos” que pasean a Venezuela por el mundo.
Que se le caigan los pantalones al muñeco o que se les abran las puertas a “los malandros” en Miraflores donde ningún venezolano puede entrar libremente o intentar siquiera traspasar los anillos de seguridad militar, “resbala” ya sobre los venezolanos que nunca se habían visto retratados en tanta mediocridad.
Esos “malandros” que convoca Chávez a entre al Palacio de gobierno son los mismos que desde las más sometidas barriadas son acusados de diversos delitos por las víctimas y actúan con este permiso irresponsable y demencial que ocupa la mente del personaje. Mientras estas declaraciones recorren el mundo y “resbalan” ya en el espíritu harto de tanto atropello, Capriles Radonski, el candidato que puntea las encuestas para las primarias a celebrarse en el próximo febrero, reitera en su discurso de proclamación una Venezuela de clase política y ciudadana, y Antonio Ledezma despliega una demostración gerencial retando las violaciones y mezquindades del gobierno que le niega fondos y reconocimiento burlándose de la voluntad del pueblo caraqueño que lo eligió como alcalde.
Es otra visión, es un futuro que no puede garantizar esta pesadilla de bufonadas y arremetidas baratas al respeto y la autoestima de cada uno y todos. Cada vez que se pone en duda o se titubea sobre la conducta de Venezuela en las próximas elecciones que del próximo año para Presidente y ante la que ya Chávez se proclama ganador hasta el 2030, ese enigma que apremia y mortifica nuestro destino democrático yo tengo fé en este pueblo. Porque esto no es Venezuela.
Esto de aplaudir payasadas y bravuconadas, reír chistes malos y sufrir abusos, injusticias y humillaciones en violaciones a nuestras raíces, historia y valores, no lo soporta la Venezuela que es. Que debe ser. Que no puede resignarse a ver sus hijos labrándose un futuro digno en igualdad de condiciones o sin ventajas ante los desadaptados de siempre que los roban y los matan en las esquinas.
Yo no quiero creer en esa Venezuela conformista, agobiada, rendida ante la corrupción y la inmoralidad que pintan las encuestas. Hay un nervio detenido en el aire que espera su momento. Que ya no soporta más.
Ya no importa lo que Hugo Chávez diga, haga, ordene, decrete, provoque. Le toca a Venezuela rescatarse a si misma. ¿Quién dijo miedo?
