Píldoras venenosas
Hay gobiernos tracaleros y forajidos.
Hay gobiernos malos, despilfarradores y corruptos, y hay gobiernos como el del Chávez. Los venezolanos debemos fijarnos en los detalles. En las pequeñas acciones que revelan las verdaderas intenciones. Veamos las píldoras.
Primera. El señor Didalco Bolívar quien se encontraba, digamos, en situación sub júdice decidió regresar al país para ponerse a derecho, recuperar sus bienes e incorporarse a la política activa. Tuvo la oportunidad de hablar con un par de ministros quienes le facilitaron su llegada, uno de ellos, Diosdado Cabello, anunció con muchos días de anticipación su regreso triunfal, que pretendió ser apoteósico, full de cámaras de televisión, cadenas de radio, entrevistas de prensa (todo oficial: VTV, El Correo, YVKE Mundial), pero a la postre el acto deslució mucho. Llegó un señor cachetón diciendo groserías y maldiciendo a todo el mundo, el show resultó para la gran mayoría del país, simplemente, como el retorno de un reo. La captura de un fugitivo.
Didalco les prometió a sus interlocutores ministeriales que convocaría una convención paralela del partido Podemos y la registraría en el CNE, a fin de dividir al partido de Ismael García y tratar de congelar sus siglas para dañar la candidatura de Henrique Capriles Radonski, quien es el abanderado de ese partido, además de seguro contendor de Chávez y su enterrador político.
Segunda píldora. El Gobierno quería dar, usando un espionaje abusivo, masivo, descarado, vulgar y delincuencial de teléfonos, correos electrónicos, redes sociales, en fin, con un dineral por el medio, un maletinazo de los buenos a la Causa R, armando un tinglado de idiotas bien remunerados titulado Causa R Maneiro. Pero no les funcionó. Se estrellaron. Por cierto la Causa R también se sumó a Capriles Radonski y pareciera que el Polo Patriótico, que una vez apoyó a Chávez, ahora lo opone en bloque.
Tercera píldora. Las trampas, emboscadas, triquiñuelas y maniobras contra Henri Falcón ya alcanzan niveles de paroxismo. Están enajenados contra el gobernador de Lara que a cada rato les patea el trasero y los aplasta en actos de calle. Los malucos del Gobierno nacional, los rojos rojitos, sabiendo del poder de convocatoria de Falcón, miembro del PPT, andan, como en los casos anteriores, con una bolsa de billetes tratando de comprar a cuadros del PPT, para tratar de hacer la misma maniobra que no pudieron ejecutar en contra de Podemos. Se quedarán patitiesos.
Y una cuarta pildorita, léanla bien: las acusaciones contra Clíver Alcalá Cordones hechas por Estados Unidos donde lo acusan, junto con otros chavistas, de ser Gran Jefe del Tráfico Mundial de Droga, me suenan un tanto descabelladas. Si tuvieran pruebas deberían, obviamente, acusarlos formalmente en los tribunales americanos, venezolanos e internacionales. Notificar a la Interpol. Enviar rogatorias, pruebas y documentación a Venezuela para proceder. Tramitar su extradición.
En fin, deberían actuar. Al no hacerlo, levantan una sospecha sólida de que se trata de una maniobra política burda.
Que Clíver es radical chavista, no les quede la menor duda.
Pero que todo chavista radical es automáticamente narcotraficante y vendedor de armas, no es cierto. Esas acusaciones son propias, precisamente de Chávez, quien acusa a toda la oposición de golpista, de premajunches y otros despreciables calificativos.
Cuando Estados Unidos presente pruebas irrefutables, entonces cambiaremos de opinión. Por ahora debemos mantener el principio de la inocencia hasta que se pruebe lo contrario. Como a Didalco.
Si permitiéramos que la sola acusación fuera de por sí una condena, Chávez tendría bajo su yugo salvaje no a una, sino a mil juezas Afiuni. Mucho cuidado.
